HORA FINAL.  El pleno de la convención que redacta la nueva Constitución chilena finalizó el martes. EFE/  Alberto Valdés
HORA FINAL. El pleno de la convención que redacta la nueva Constitución chilena finalizó el martes. EFE/ Alberto Valdés

Mañana el presidente de , , recibirá el texto final de la nueva Constitución, un documento que podría dirigir las decisiones del país en los próximos años, siempre y cuando sea aprobado en un referéndum nacional de salida. El texto es el trabajo final de los 154 miembros de la Convención Constitucional, quienes iniciaron funciones hace un año. El proceso fue la salida que encontró el Gobierno para calmar las violentas protestas que estallaron en 2019 en medio de una crisis social y política que se tradujo en actos de vandalismo a manos de grupos radicales y extremistas. Fue así como, en octubre de 2020, se llevó a cabo un plebiscito nacional donde votaron más de 7 millones de personas y donde el 78% aprobó la idea de reemplazar la actual Constitución.

A pesar de que el proceso se inició con gran expectativa y una aprobación mayoritaria, en los últimos meses el descontento y la decepción asoma entre los chilenos. A dos meses del referéndum, los sondeos muestran una preferencia de la ciudadanía a rechazar el texto que se ha estado trabajando.

Según la encuesta Plaza Pública-Cadem (ver cuadro), publicada el domingo pasado, un 51% de ciudadanos –cinco puntos más que la semana previa– votaría en contra del documento redactado por la Convención frente a un 33% que la aprobaría. Se trata de la cifra más alta de desaprobación hasta el momento. En enero, el proyecto recibía apenas un 33% de rechazo y era aprobado por un 56% de la población.

RAZONES DE FORMA Y FONDO

Para el abogado chileno Jorge Contesse, doctor en Derecho por la , esta tendencia podría haberse dado por el “desempeño de la Convención y de algunos de sus miembros, precisamente la actuación individual de algunos delegados y delegadas (…); desafortunadamente, estas acciones han tendido a manchar el desarrollo del colectivo”.

Como ejemplo, el también profesor titular en la U. de Rutgers (EE.UU.) y profesor visitante en la U. Diego Portales (Chile), menciona los casos de un delegado que tuvo que renunciar por haber mentido para ser electo, o el de otro que fue captado emitiendo su voto desde la ducha. “Son cosas que uno las mira y que van sumando a un clima, justo cuando la ciudadanía chilena necesita calma”, explica.

Por su parte, a diferencia de Contesse –quien estima que el margen de desaprobación se reducirá ahora que finalmente se debatirá “sobre el texto en sí y no los autores”–, el internacionalista chileno José Rodríguez Elizondo recalca que el rechazo puede crecer. “Las encuestas son concordantes en cuanto a que el rechazo viene en subida y que, en la prospectiva, puede llegar a un 60% o más. Por ello, el presidente Boric ha mostrado un buen olfato político al empezar a distanciarse del resultado”, sostiene.

Para Rodríguez Elizondo, si bien hay normas rescatables, el punto más crítico del nuevo texto es el que trata sobre el “principio de plurinacionalidad”. “Refleja el talante ideológico-identitario-refundacional de una mayoría ad hoc de convencionales, que se forjó a inicios del proceso y que culminó con una propuesta extrema: cambiar el Estado nacional, unitario y bicentenario, por un Estado de 11 naciones, que incluso podrían aumentar mediante simples leyes”, explica.

Este punto, precisamente, fue uno de los que más polémica generó por el riesgo de que Chile entre a una suerte de federalismo, al que se agrega el pluralismo jurídico, que no es otra cosa que un sistema judicial paralelo para los pueblos originarios.

La encuesta de Plaza Pública-Cadem presenta otras cifras que muestran el descontento de la ciudadanía por el trabajo de la Convención. Sobre la pregunta: “Independientemente de lo que usted va a votar, ¿piensa que el 4 de setiembre va a ganar el apruebo o el rechazo?”, un 47% indicó que vencerá el rechazo. Otro 44% señala que será aprobado. Asimismo, la “preocupación” es el sentimiento que más aflora entre los chilenos con un 61% frente a la “esperanza”, que solo marca un 33%. Por otro lado, un 58% de encuestados asegura tener “poca o nada de confianza” en la Convención.

LO QUE VIENE

Tras ser presentado a Boric, el texto ingresará a un periodo donde se buscará que el debate se traslade a la población. “Van a ser dos meses de discusión sobre la base de un texto definitivo. Las falsedades serán más fáciles de captar porque el texto es inamovible. La labor de nosotros, los académicos, consistirá en explicar a la ciudadanía el contenido, las implicancias o las consecuencias”, resalta Contesse.

Si se aprobara, ¿será una nueva Constitución la solución a los problemas de Chile? Rodríguez Elizondo considera que no y que los cambios deberían, más bien, haberse concentrado en los hechos.

“Creo que los conflictos de envergadura nacional no se resuelven por juegos de suma cero ni por normas jurídicas aprobadas por mayoría de votos. Se resuelven por el afán patriótico de buenos políticos, que privilegien el interés nacional y sepan negociar para producir buenos acuerdos. Por eso, en vez de una refundación inaceptable de mi país, yo creo en la necesidad de una refundación de los partidos políticos que nos llevaron a esta encrucijada nacional”, indica.

DATOS

-La encuesta Pulso Ciudadano de Activa Research mostró que un 44.4% rechazaría la propuesta de nueva Carta Magna, frente a un 25% que la respaldaría.

-El referéndum de salida, programado para el próximo 4 de setiembre, es de participación obligatoria para todos los ciudadanos mayores de 18 años.

-El proceso constituyente se abrió en octubre de 2020 después de más de un año de masivas protestas, que dejaron una treintena de fallecidos y miles de heridos.

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