El mandato de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quedó en las manos del Senado, donde la mayoría es partidaria de su destitución, según sondeos realizados por diarios de Brasil entre los legisladores.
La apertura de un juicio político, cuyo fin es la destitución de la jefa de Estado, fue aprobada el domingo por 367 votos a favor y 137 en contra en la Cámara de Diputados y, para que prosiga, solo necesita del respaldo de la mayoría simple en la Cámara Alta: 41 de los 81 senadores.
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Los sondeos de O Globo, Folha de S. Paulo y O Estado de Sao Paulo entre los miembros de la Cámara Alta indican que de 45 a 47 senadores apoyan el juicio político.
Según los plazos constitucionales, el Senado deberá conformar entre hoy y mañana una comisión de 21 miembros que elaborará un informe sobre el caso en un plazo de diez días útiles. El informe se remitirá al Pleno, que por mayoría simple decidirá si se instaura el juicio político a Dilma Rousseff, lo que ocurrirá en mayo.
¿ES EL FIN?El expresidente brasileño Fernando Henrique Cardoso aseguró que el Gobierno "no tiene más condiciones para gobernar" y que Brasil vive una democracia "corroída y corrompida". Por su parte, la presidenta se pronunció y dijo que es "víctima de una gran injusticia". Admitió estar "triste", pero no "abatida".
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