Los policías militares de Bahía (noreste de Brasil) pusieron hoy fin a una huelga de 12 días que desató una fuerte ola de violencia, mientras que el paro en Río de Janeiro se sigue debilitando con la salida de la policía civil del movimiento.
Los hechos ocurren a menos de una semana del comienzo del popular carnaval, que congrega a millones de personas en ambas ciudades cada año. La huelga de Bahía se había debilitado tras el desalojo el jueves pasado de la Asamblea Legislativa del estado, tomada por unos 200 policías y varios líderes del movimiento.
En una asamblea celebrada en Salvador, la capital de Bahía, los policías decidieron acabar con la protesta tras acordar con el gobierno del estado un ajuste salarial y la revocación de los procesos administrativos y órdenes de prisión contra los participantes del movimiento, según el diario Correio de Bahía.
Sin embargo, el gobierno informó que no revocaría las detenciones de los policías acusados de promover actos de vandalismo, entre los que figura Marco Prisco, el principal líder del movimiento, arrestado el jueves.
El acuerdo de la asamblea "fue crucial para el fin del movimiento", dijo el soldado Ivan Leite a la prensa local. "Las negociaciones continúan pero nadie estaba ganando con esta paralización. Vamos a parar por nuestros hermanos bahianos, no es por causa del carnaval, vamos a trabajar ahora", añadió.
Los policías volverán de inmediato a sus puestos de trabajo y garantizaron su participación del operativo de seguridad para el carnaval, que requiere de unos 20.000 hombres.
La paralización desató en Bahía una ola de violencia con un saldo de al menos 157 muertos, más del doble del promedio habitual, principalmente en Salvador.
Mientras, la huelga en Rio de Janeiro, convocada el viernes, se debilitaba aún más con el anuncio de la policía civil de abandonar la protesta convocada junto a la policía militar (PM) y los bomberos, que por lo pronto continúan con el paro.
Los huelguistas de la PM y los bomberos celebrarán una asamblea el domingo o lunes para decidir el futuro de la medida de fuerza.
Las autoridades actuaron rápido para sofocar la paralización y en pocas horas arrestaron a 17 policías, entre los que están diez de los 11 líderes de la huelga con orden de arresto de la justicia.
En Brasil, la policía y los bomberos no tienen derecho a sindicalizarse ni a hacer huelga.