Comisión parlamentaria aprobó abrir juicio político contra Dilma Rousseff, presidenta de Brasil. (EFE)
Comisión parlamentaria aprobó abrir juicio político contra Dilma Rousseff, presidenta de Brasil. (EFE)

Redacción PERÚ21

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Una comisión parlamentaria de recomendó la apertura de un juicio de destitución a la presidenta y, tras ser sometida a votación, la moción ha sido aceptada en un ambiente el que algunos denuncian un intento de golpe y otros exigen su salida.

Esto no significa que el juicio político haya iniciado, pues aún depende de lo que diga la mayoría de diputados. De iniciar un juicio, Dilma Rousseff tendría que dejar el cargo por 180 días (que es lo que dura el proceso) y su permanencia será decidida en el mismo.

Lo cierto es que la tensión se acrecentó aún más con la filtración de un audio en el cual el vicepresidente centrista Michel Temer, que reemplazaría a Rousseff, ensaya un discurso a la nación como si la partida de la mandataria del Partido de los Trabajadores (PT) fuese ya una mera formalidad.

El PT denunció "un golpismo descarado" y el diputado Silvio Costa acusó a Temer de ser "el mayor traidor de la historia de Brasil".

Sin embargo, el gobierno da por perdida la votación en la comisión de 65 diputados, dominada por la oposición. Sin embargo, como precisamos, para separar a Rousseff del cargo ese resultado tendría que ser convalidado por dos tercios de los miembros de la Cámara de Diputados y por el Senado (a inicios de mayo).

El relator de la comisión, Jovair Arantes, reiteró su "convicción" de que "hay indicios suficientes de que la denunciada practicó actos que pueden ser considerados como crimen de responsabilidad", por haber autorizado gastos no presupuestados sin la autorización del Congreso en 2014, el año de su reelección, y en 2015.

El Abogado General del Estado, José Eduardo Cardozo, instó en cambio a declarar "nulo" el proceso, por considerar que no existían cargos susceptibles de justificar una decisión de semejante gravedad.

Fuera del Congreso, la policía tendió vallas a lo largo de la explanada de los ministerios, para separar a los centenares de miles de manifestantes de ambos bandos que se espera lleguen a Brasilia el fin de semana, para presionar los debates del plenario de la Cámara.

La crisis, potenciada por una recesión económica que entra en su segundo año, crea incertidumbre sobre si será Rousseff o su vicepresidente, Michel Temer, quien inaugure los Juegos Olímpicos de Rio el próximo 5 de agosto.

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