Era una madrugada de febrero de 2015, Borja, un joven de 22 años, caminaba por una de las calles de la localidad de Fuengirola, en el sur de España, tras salir de su trabajo cuando vio que dos hombres pateaban en la cabeza a una mujer para robarle su bolso.
Preso de la indignación, Borja salió al rescate de la víctima, corrió detrás de los asaltantes, los alcanzó y tras liarse a puñetazos con ellos logró arrebatarles el bolso y retornárselo a su dueña quien logró salvarse del ataque.
Esta historia parece concluir con un final feliz. Sin embargo, el que podría ser el superhéroe se convirtió en el villano a consecuencia de una denuncia formulada en su contra.
Y es que, según la denuncia, el día que ocurrió este hecho, Pedro Toro Timeo, uno de los ladrones que atacaba a la mujer, cayó mal tras ser golpeado por Borja, sufrió un traumatismo en la cabeza y murió en el hospital dos días más tarde.
Por esta muerte Borja fue condenado a dos años de cárcel por el delito de "homicidio por imprudencia grave" y a pagar a los familiares de la víctima una indemnización de 178.000 euros. Esta decisión, sin embargo, ha generado gran revuelo en este país.
"Esta decisión le envía un mal mensaje a la sociedad, en la que se criminaliza y castiga una conducta solidaria y hace pensar que, ante una situación como ésa, lo mejor es mirar para otro lado y no complicarse la vida", dijo a la agencia EFE Alfredo Herrera Rueda, abogado del joven.
El joven acusado ha respondido a la justicia que solo quiso ayudar y que solo se defendió cuando el fallecido lo atacó porque ya había visto la violencia con la que golpearon a la mujer asaltada.