Unos 23 niños y adolescentes, de entre 7 y 17 años, que vivían con sus padres en cárceles de Cochabamba, en el centro de Bolivia, fueron trasladados a hogares de acogida, informaron autoridades penitenciarias.
La ley permite la presencia infantil en las prisiones hasta los 6 años, pero exige que el progenitor tenga la tutela otorgada por un juez; sin embargo, en las prisiones bolivianas pueden encontrarse desde bebés hasta jóvenes de 18 años residiendo con sus padres.
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"Tenemos una lista de unos 23 niños que irán al hogar (de acogida), quienes tienen edades de entre 7 y 17 años", indicó el director regional de penitenciarías de Cochabamba, Edwin Sandóval.
Las autoridades estiman que unos 70 niños viven todavía viven en las cárceles de Cochabamba, a 400 kilómetros de La Paz, y hasta 1,600 de ellos en los penales de los nueve departamentos de Bolivia.
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Estos niños tienen que salir a diario a estudiar en las escuelas aledañas a las prisiones. Según a las autoridades la situación ha llegado al extremo que han respondido "quiero tener mi propia celda" a la pregunta de qué quieren ser cuando sean grandes.
La presencia de menores resulta más problemática en los penales de varones ya que en el de mujeres hay espacios para acogerlos y educarlos. Sin embargo, en los dos casos los menores conviven con ladrones, asesinos, violadores y demás delincuentes.