Evo Morales renuncia tras presión en la calle y sin apoyo de militares

Evo Morales llegó al poder en 2006 en un hecho histórico: por primera vez Bolivia tenía un presidente indígena. Ayer, acorralado por las denuncias de fraude electoral, las masivas protestas contra un cuarto mandato, los mitines policiales en su contra y sin el apoyo de las Fuerzas Armadas, no tuvo más alternativa que renunciar. Después de 13 años, nueve meses y 18 días en el poder, Evo se fue en otro día histórico, en medio de una de las peores crisis políticas que ha vivido el país altiplánico.

En una transmisión por televisión desde Chimoré, su tradicional bastión electoral, Morales anunció su dimisión y la de su vicepresidente, Álvaro García Linera, y tras denunciar un golpe de Estado, aseguró que su decisión fue para garantizar la paz social y ante el “maltrato” de sus ministros. Lo cierto es que la renuncia se precipitó tras el informe difundido por la Organización de los Estados Americanos (OEA) en el que señalaba que había encontrado “contundentes irregularidades” en los comicios de octubre y recomendaba anularlos para realizar nuevas elecciones con la renovación absoluta de los miembros del Tribunal Supremo Electoral.

Tras el informe, Morales, que siempre insistió en declararse vencedor sin necesidad de una segunda vuelta, cedió a la presión y llamó a nuevas elecciones, pero no dejó claro si él sería candidato. De forma paralela, la Fiscalía General anunció una investigación contra los vocales del tribunal electoral sospechosos de irregularidades. Más tarde se detuvo a 14 funcionarios, entre ellos la renunciante presidenta del Tribunal Supremo Electoral, María Eugenia Choque.

Sin embargo, para la oposición, liderada por el candidato y expresidente Carlos Mesa, esto no era suficiente. Ellos, al igual que la gente en la calle, exigían a Morales su renuncia.

La situación se salió de control en Potosí, donde manifestantes contrarios a Evo quemaron la casa del ministro de Minería y del presidente de la Cámara de Diputados, obligándolos a renunciar. Ante la grave situación, el ministro de Hidrocarburos, el gobernador y otros 25 colaboradores de Morales también renunciaron.

EL DETONANTE

El golpe de gracia llegó cuando las Fuerzas Armadas quitaron su respaldo a Evo. El líder indígena ya había perdido el apoyo de la Policía, que se amotinó desde el viernes en su contra, por lo que ante el pedido en televisión del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Bolivia, Williams Kaliman, de que renuncie, tomó el avión presidencial y se fue a Chimoré (Cochabamba), desde donde dimitió.

Inmediatamente centenares de personas abarrotaron la plaza Murillo, donde se encuentra la vieja casa de gobierno, para celebrar con vivas y lágrimas la renuncia de Morales. En tanto, seguidores del partido oficialista saquearon y quemaron entidades públicas y de servicios en La Paz y El Alto.

No quedó claro quién asumirá las riendas del país pues, según la Constitución, ante la renuncia del presidente y vicepresidente, el cargo recaería en la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, pero ella también renunció. Le sigue en la línea de sucesión el presidente de los Diputados, Víctor Borda, que dimitió antes.

El constitucionalista José Luis Santistevan señaló a Perú21 que la Asamblea Legislativa, que se reunirá hoy, será la que determine quién sigue en la línea de sucesión, que a su juicio debería ser la segunda vicepresidenta del Senado, Jeanine Áñez, del opositor movimiento Unidad Demócrata.

Tenga en cuenta

-El canciller de México, Marcelo Ebrard, ofreció asilo a Evo Morales, pero este señaló que no se irá de Bolivia porque no ha robado nada.

- En su Twitter, Evo dijo que asaltaron su domicilio y que la Policía tiene una orden de detención en su contra.

- Los gobiernos de Cuba y Venezuela calificaron de golpe de Estado la renuncia de su aliado Evo Morales.