El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, saluda a su llegada a la Casa Presidencial de Honduras, en Tegucigalpa, el 4 de enero de 2024.  (Foto de Gustavo Amador / EFE)
El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, saluda a su llegada a la Casa Presidencial de Honduras, en Tegucigalpa, el 4 de enero de 2024. (Foto de Gustavo Amador / EFE)

El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, aún no puede juramentar al cargo debido a que el Congreso no avanzó durante esta mañana mañana en el proceso de juramentación de los 160 nuevos diputados del Parlamento, como estaba programado oficialmente. La entrega de credenciales a los nuevos legisladores es un requisito indispensable para que se pueda llevar a efecto la investidura de Arévalo.

La Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE) han hecho un llamado al Congreso guatemalteco para que le entregue “el poder como exige la Constitución” a Bernardo Arévalo.

“Reunidos en la Ciudad de Guatemala para la toma de posesión presidencial, hacemos un llamado al Congreso de la República a cumplir con su mandato constitucional de entregar el poder como exige la constitución en el día de hoy al presidente electo Bernardo Arévalo y a la vicepresidenta electa Karin Herrera”, manifestó Luis Almagro, secretario general de la OEA.

Al pedido de la OEA y la UE, también se sumó la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. La funcionaria Samantha Power, quien encabeza la delegación de su país que asiste a la toma del posesión de Arévalo, ha pedido respetar “la voluntad del pueblo”.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú también ha mostrado su apoyo al presidente Bernardo Arévalo. A través de una declaración conjunta, el gobierno peruano ha decidido apoyar el pedido de la OEA y la Unión Europea.

El presidente electo también se pronunció en su cuenta de X, antes Twitter, para recordarle a los diputados que “tienen la responsabilidad de respetar la voluntad popular expresada en las urnas”.

La juramentación se debió dar “a más tardar a las 16.00″ del 14 de enero, según indica la Constitución guatemalteca. Sin embargo, primero se debe concretar el nombramiento de los nuevos legisladores.


Arévalo pide que se respete la democracia

Cuando la posterior ceremonia de investidura de Arévalo debía iniciar a las 15.00 hora local (2100 GMT), la primera sesión aún no había comenzado, alimentando temores de que se estuvieran tratando de frustrar la transición de poder.

Aunque la sesión se reanudó alrededor de las 18.00 hora local, no quedó claro de inmediato si la toma de protesta se desarrollaría según lo planeado.

Arévalo, advirtiendo que se estaba intentando violar la democracia, instó a los legisladores a “respetar la voluntad popular expresada en las urnas”.

“El pueblo guatemalteco y la comunidad internacional están observando”, escribió en la red social X.

Su partido, Movimiento Semilla, envió un mensaje también a través de redes sociales diciendo que él era oficialmente el presidente de Guatemala, aunque la declaración fue eliminada varios minutos después.

Un portavoz de Semilla explicó al medio Reuters que Arévalo se encontraba en un hotel en Ciudad de Guatemala.


Atque continuos

Con la promesa de desterrar la arraigada corrupción en Guatemala, el país más poblado de Centroamérica con 17.1 millones de habitantes, Arévalo, de 65 años, logró un amplio triunfo en el balotaje de agosto. Pero, desde entonces, el Ministerio Público (MP) arreció en sus intentos por desacreditar su triunfo y entorpecer la transición.

Las medidas del MP -intento de despojo de la inmunidad de Arévalo y su vicepresidenta Karin Herrera; suspensión de su partido; y buscar la anulación del proceso electoral- han llevado a miles de guatemaltecos a tomar las calles y a la comunidad internacional a levantar su voz de protesta.

Pero también socavaron el frágil estado de derecho guatemalteco colocando al país al borde de una crisis de gobernabilidad que podría limitar la implementación de las principales promesas de campaña de Arévalo, como sanear la administración pública, luchar contra la delincuencia organizada, generar más empleos y combatir el cambio climático.

“Los problemas no han terminado para Arévalo”, opinó Roberto Alejos, expresidente del Congreso y analista político guatemalteco. “No le van a dejar pasar ninguna ley en el Congreso y tendrá suficientes dificultades para gobernar”, agregó.

A pesar de su aplastante triunfo presidencial, Semilla -un partido socialdemócrata, ecologista y progresista- apenas logró 23 de los 160 curules del legislativo, colocándose como la tercera fuerza detrás de los conservadores Vamos, del saliente mandatario Alejandro Giammattei, y UNE, de la exprimera dama Sandra Torres.