Alrededor de 20,000 pollos que estaban a punto ser exportados en un avión desde Bruselas, en Bélgica, hacia Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo, tuvieron que ser sacrificados con un gas letal.
El hecho se produjo el sábado pasado. Los animales estaban en un contenedor al interior de la aeronave; sin embargo, se presentaron problemas técnicos que impidieron el despegue del avión.
Esto provocó que el cargamento fuera colocado en la pista de aterrizaje, y los animales tuvieran que soportar los más de 25 grados de temperatura que se registran en Bruselas en esta temporada. Por ello, empezaron a morir.
El encargado de la exportación intentó enviarlos de nuevo al día siguiente, el domingo, pero no encontró un vuelo que quisiera trasladar el depósito, debido que desprendía un fuerte olor por los animales muertos.
Una representante de la agencia pública para el bienestar animal de Bélgica, propuso al hombre que se llevara el contenedor, pero este se negó. “Entonces enviamos a un veterinario, que decidió que lo mejor era ahorrarles el sufrimiento”, declaró al mujer al diario belga ‘Le Soir’.
Los bomberos del terminal aéreo se negaron a encargarse de la tarea, por lo que se tuvo que llamar a los de una localidad cercana, quienes procedieron a rociar el letal gas en el contenedor donde estaban los pollos.
El hombre encargado del traslado de los animales ya fue denunciado por violar las normas de bienestar animal. El caso ha sido llevado al parlamento belga por el diputado Hermes Sanctorum para ser discutido en la línea del llamado respeto a la vida animal.
Michel Vandenbosche, líder la organización animalista Gaia, denunció que no es la primera vez que este tipo de casos sucede en los aeropuertos y pidió a las compañías aéreas que dejen de realizar este tipo de transporte “porque esto volverá a pasar”.