Barack Obama rechazó proyecto de oleoducto entre EEUU y Canadá de cara a conferencia en París. (Reuters)
Barack Obama rechazó proyecto de oleoducto entre EEUU y Canadá de cara a conferencia en París. (Reuters)

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Tras años de años de vacilaciones, el presidente de EEUU, , anunció el viernes que rechaza el controvertido proyecto del oleoducto Keystone XL entre Canadá y , al tiempo que confirmó su participación en la conferencia del clima en París.

"Estados Unidos es ahora un líder global en lo que se refiere a tomar medidas serias contra el cambio climático. Y, francamente, aprobar este proyecto habría debilitado ese liderazgo global", dijo Obama en una declaración a la prensa desde la Casa Blanca.

"El Departamento de Estado decidió que el proyecto Keystone XL no es de interés nacional para Estados Unidos. Estoy de acuerdo con esta decisión", dijo Obama en la Casa Blanca, destacando que el proyecto no tendría ningún impacto "significativo" en la economía estadounidense a largo plazo.

"El oleoducto no hará bajar el precio del carburante para los consumidores estadounidenses", expresó Obama. "Transportar petróleo crudo más sucio a nuestro país no refuerza la seguridad energética de Estados Unidos", agregó.

Obama rechazó el proyecto a partir de la recomendación de su secretario de Estado, John Kerry, quien afirmó en un comunicado que el "factor clave" en su decisión fue que construir el oleoducto habría "socavado significativamente la capacidad" del país de "seguir liderando al mundo en el combate al cambio climático".

Al tomar al fin esta decisión, seis años después de la primera solicitud de permiso de parte del grupo canadiense TransCanada, Obama marcó la actitud de Estados Unidos a un mes de la conferencia sobre el clima en París (COP21), que busca alcanzar un acuerdo mundial para frenar el aumento de la temperatura del planeta.

El proyecto, de unos 1.900 kilómetros de longitud – de los cuales 1.400 en Estados Unidos -, buscaba transportar el petróleo de las arenas bituminosas desde Alberta, Canadá, hasta el centro de Estados Unidos, en Nebraska, de donde iba a ser distribuido a las refinerías del país en el golfo de México.

A lo largo de los años, este caso se había convertido en emblema de la división ideológica en Estados Unidos entre demócratas y republicanos sobre temas de energía y medio ambiente.

TransCanadá reaccionó rápidamente y dijo que examinará las opciones que tiene para imponer una nueva demanda.

"Revisaremos nuestras opciones para, si es posible, abrir una nueva solicitud para enviar el petróleo crudo de nuestro cliente", dijo el jefe ejecutivo de la compañía, Russ Girling, en un comunicado.