Redacción PERÚ21

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En Schwadorf, cerca de Viena, los cuernos, los trajes y las campanillas lúgubres de hórdas de monstruos recorren las calles de , con los ojos inyectados de sangre, para ahuyentar a los malos espíritus.

En las largas noches invernales hordas de monstruos recorren las calles de Austria. También se le conoce como 'Krampuslauf', o desfile de criaturas demoníacas.

"Hacemos prosperar la tradición de ahuyentar a los malos espíritus asustándolos", explica con un látigo en la mano Ernst Eigner, un participante en el desfile.

Como miles de austríacos, este administrador de bienes cambió su traje y corbata por una velada de disfraces diabólicos. "Nos las arreglamos para parecer crueles, pero nuestros látigos son de crin de caballo. La gente no siente prácticamente nada cuando le pegamos", asegura.

El anonimato propiciado por las máscaras y el consumo de alcohol degeneran a veces en peleas o en agresiones sexuales, como la sufrida recientemente por una joven en Zell bei Ebenthal, en el sur del país.

Preocupados por su reputación, representantes de algunas asociaciones se manifestaron a cara descubierta a finales de noviembre en Klagenfurt, en Carintia, para denunciar cualquier amalgama entre ellos y "casos aislados".

Lejos de la simple fiesta de pueblo, los desfiles pueden convertirse en verdaderos espectáculos comerciales como en Schladming, en el centro del país, donde alrededor de 8,000 espectadores desembolsan hasta 15 euros cada uno para admirar a 800 monstruos.

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