Beatriz Flamini logró salir el pasado viernes de una cueva en España donde se había internado por voluntad propia, esto forma de experimento en el que varios expertos y entidades se vieron involucrados. Su estadía duró al rededor de 500 días a una profundidad de 70 metros.
La deportista extrema de 50 años se internó por primera vez en la cueva un 21 de noviembre de 2021, año donde aún existía la pandemia y donde algunos conflictos bélicos no se suscitaban.
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Durante su estadía, ella aseguró para BBC, que se la pasó haciendo ejercicio, tomando agua, dibujado y tejiendo gorros. De esa forma los días podían pasar más rápido y se mantendría entretenida.
Además, reconoció que hubo momentos en los que su cerebro le jugaba una mala pasada y le hacía escuchar ruidos que en verdad no existían, además algunos insectos la incomodaban y no la dejaban descansar tranquila.
“He estado en silencio durante un año y medio, sin hablar con nadie más que conmigo misma”, contó la atleta mientras los periodistas le pedían más detalles.
Fue la propia Beatriz Flamini quien se sometió a voluntad propia para realizar este duro reto, ya que formaría parte de una investigación.
En la iniciativa participaron equipos de psicología experimental y fisiología del comportamiento de la Universidad de Granada y especialistas en neuropsicología clínica de la Universidad de Almería y de Kronohealth.