Tras más de un año de convalecencia y múltiples operaciones en Singapur que consiguieron devolverle parte de la vista, el investigador ha retomado sus funciones. (Foto: AFP)
Tras más de un año de convalecencia y múltiples operaciones en Singapur que consiguieron devolverle parte de la vista, el investigador ha retomado sus funciones. (Foto: AFP)

Redacción PERÚ21

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Un ataque con ácido clorhídrico sobre su rostro y ojos sumió en la oscuridad al investigador de la agencia anticorrupción de (KPK), Novel Baswedan, que ahora busca justicia por su cuenta ya que la Policía no ha encontrado a los responsables del brutal delito.

En abril del año pasado, Baswedan caminaba hacia su casa después de acudir a las oraciones de la mañana en una mezquita del norte de Yakarta cuando alguien le sorprendió por la espalda y lanzó un líquido sobre su cara.

Cuando comenzó a sentir que su piel ardía entendió que no se trataba de agua, si no del sexto ataque que sufría a causa de trabajo, según su propia cuenta.

Tras más de un año de convalecencia y múltiples operaciones en Singapur que consiguieron devolverle parte de la vista, el investigador ha retomado sus funciones en la KPK, que se centra en casos de corrupción de alto perfil como políticos o militares de alto rango.

"He pasado por 5 operaciones graves en mi ojo izquierdo, la visión de mi ojo izquierdo es mejor que la de mi ojo derecho, aunque he perdido visión", contó Baswedan a través de un intérprete durante un acto organizado por el club de corresponsales de Indonesia.

"En cuanto a mi ojo derecho, los doctores dicen que no hay más tratamiento, lo que pueden hacer es mantener la condición estable para prevenir que me vuelva completamente ciego", añadió el también exagente de la Policía Nacional.

El investigador indicó a los periodistas que, aunque inicialmente apoyaba la investigación de su caso, ha recabado información y pruebas y considera que las autoridades no lo "han tomado en serio", por lo que se plantea revelar sus propias averiguaciones sobre los "autores intelectuales".

Desde su creación en 2002, la KPK ha investigado a 198 parlamentarios, 25 ministros, 18 jueces y 103 gobernadores y alcaldes, según Baswedan.

Por otro lado, la agencia cuenta con una tasa muy alta de condenas a los sospechosos a los que acusa, lo que ha cementado su puesto entre las instituciones mejor valoradas en las encuestas.

Cuando el investigador sufrió el ataque con ácido, trabajaba en varios frentes, entre ellos el caso de malversación de unos 134 millones de euros, al cambio actual, en un proyecto de elaboración de documentos de identidad electrónicos que implica a decenas de políticos y empresarios.

Esta investigación también involucraba al poderoso político, empresario y expresidente de la Cámara Baja, Setya Novanto, que finalmente fue condenado a 15 años de prisión a finales de abril.

"Estoy convencido que el ataque tiene que ver con los casos de corrupción que investigaba, el primero tiene que ver con un general de la Policía y luego hay otros casos, pero no puedo detallar a qué casos me refiero", dijo Baswedan.

Indonesia se sitúa en el puesto 96 de 180 países en el último índice de corrupción de la organización Transparency Internacional, cuyo primer puesto es el menos corrupto.

Además de los intentos de amedrentar a sus investigadores, la KPK también se ve amenazada por "interferencias políticas", como la actual reforma del Código Penal que discute el Parlamento, que buscan mermar las competencias de la agencia, según Baswedan.

Respecto a las pesquisas de la Policía sobre los responsables de rociarle con ácido, el indonesio denuncia que se eliminaron pruebas, no se utilizaron las grabaciones de las cámaras de vigilancia y se intimidó a los testigos.

"Hubo intención de no revelar (la identidad) de los atacantes", dijo el que fuese teniente general de la Policía Nacional, donde algunos de sus antiguos superiores fueron investigados y condenados por la KPK.

Baswedan, que acudió al encuentro con periodistas sin escolta, avisa que su caso es tan solo "la punta del iceberg" de los casos de corrupción en el país asiático.

Fuente: EFE

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