Redacción PERÚ21

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Existen personas que se aferran a la vida a pesar de rozar la muerte. Este es el caso de un hombre de Bangladesh que decidió mostrarle al mundo por primera vez la gravedad de sus heridas tras ser atacado por un tigre en la cara.

Hashmot Ali era un adolescente de 14 años cuando salió a pescar un día cualquiera para alimentar a su familia. Amarró su bote a un tronco cercano para descansar, cuando de pronto, se le ocurrió la idea menos sugerida por los guardabosques: dormir cerca a un muelle.

Cuando menos se lo esperaba, un tigre se avalanzó hacía su cuerpo y empezó a atacarlo. Su cometido era claro: comérselo. Sin embargo, su astucia y habilidad, le valió para que salga con vida de esa situación. El costo de permanecer respirando fueron las graves heridas que le dejó la fiera.

Prácticamente, su tez está desfigurada. Los médicos cirujanos pudieron estabilizarlo, pero no recompusieron el lado izquierdo de su cara. Hashmot Ali perdió parte de su nariz y la totalidad de su ojo. Su dentadura fue sacada de su lugar y tiene un enorme orificio con tejidos musculares expuestos.

Para ocultar sus letales heridas, usa un pañuelo que le otorga un aspecto rudo, no obstante, ocultaba el lado más débil de este hombre de 45 años. Es padre de tres hijos y espera ayuda para poder reconstruir su rostro.

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