El impresionante hallazgo de una estructura de más de cuatro metros de altura formada por cráneos humanos debajo del centro histórico de la Ciudad de México ha dejado perplejos a los investigadores. El Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) descubrió en 2015 el altar e identificaron 484 cráneos humanos que se piensa formaban una ofrenda al dios Huitzilopochtili, el patrón de la capital azteca, Tenochtitlán, entre 1486 y 1502.
Hoy en día se conoce una nueva sección con 119 cráneos, que forma la fachada externa de la torre en forma circular de cráneos del Huey Tzompantli, con un diámetro de 4,7 metros
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“Una vez caída la ciudad de México-Tenochtitlan en manos de los soldados españoles y sus aliados indígenas, se dio paso a la destrucción de la mayor parte de la última etapa constructiva del Huei Tzompantli, por lo cual se arrasó con los cráneos de la torre, cuyos fragmentos dispersos han sido recuperados y analizados por el equipo de antropología física”, reporta la BBC.
En la fachada, según los estudios del INAH, hay cráneos de hombre, mujeres y niños, estos últimos fueron reconocidos por el tamaño y porque los dientes aún estaban en desarrollo.
Según CNN, el templo formaba parte de Huey Tzompantli, un templo donde se honraba a los dioses con sacrificios humanos, y calculan que fue construido antes de la llegada de los españoles durante la prevalencia de los Aztecas. Este resulta uno de los hallazgos más importantes de lo últimos años porque revela la costumbre del sacrificio humano como razón de ser de los Mochicas.
La estructura se encuentra cerca de la Catedral Metropolitana construida sobre el Templo Mayor, uno de los principales templos de Tenochtitlán, y hoy en día es Ciudad de México. El reconocido arqueólogo Raúl Barreda declaró para CNN que este es un templo en honor a la vida, muy por el contrario a lo que se podría creer por los sacrificios humanos. “Había la idea de que los diosos podían morir y había que continuar alimentándolos para que sigan existiendo”, apuntó el estudioso.