Si bien la canciller alemana, Angela Merkel, apoyó al presidente Nicolas Sarkozy en su carrera a la reelección en Francia, luego de que se confimó el triunfo del socialista Francois Hollande, manifestó que recibirá al presidente electo con "los brazos abiertos".
Asimismo, indicó que confía en reunirse "realmente pronto" con Hollande, a la vez que reiteró que el plan fiscal europeo, criticado por el líder socialista francés, no es negociable.
"No se puede reabrir un pacto, ni ningún otro acuerdo, cada vez que hay una elección en un país. De ser así no se podría trabajar en la UE", indicó Merkel.
El constante énfasis de Alemania sobre la austeridad para luchar contra la crisis de la deuda soberana en Europa ha sido criticado por Hollande, quien ha pedido que se aborden políticas que impulsen el crecimiento económico.
"Estamos en medio de un debate en el que Francia, por supuesto, con su nuevo presidente, aportará su propio énfasis. Pero estamos hablando de dos caras de la misma moneda: el progreso solo se consigue con unas finanzas sólidas más crecimiento", añadió.