Redacción PERÚ21

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Audrey Mosey era una anciana de 91 años que, a los ojos de sus vecinos de la localidad de Cottingham, en , aparentaba llevar una vida modesta. Sin embargo, la mujer guardaba un llamativo secreto que se guardó hasta llegar a la tumba.

Días después de su fallecimiento, que ocurrió en enero del año pasado, se reveló que la anciana había dejado un llamativo testamento que, al ser leído, dejó boquiabiertos a todos los pobladores de la citada localidad. Audrey había destinado toda su fortuna, que equivalía a casi 1,7 millones de dólares, para financiar obras de caridad en su querido Cottingham.

En vida, la anciana y su esposo Ken, quien partió algunos años atrás, acumularon propiedades por un alto valor, estas están ubicadas en Inglaterra y Barcelona. La pareja no tuvo hijos, por lo que los herederos fueron los miles de habitantes de la localidad, ubicada en el condado de Yorkshire del Este.

El pasado lunes, se creó en Cottingham un fondo en honor a Mosey, y estará destinado a brindar apoyo a organizaciones benéfica, escuelas y empresas sociales, y también a grupos de artes escénicas. “No me sorprendió la generosidad de Audrey al dejar una cantidad tan increíble de dinero para invertir en buenas causas en toda el área, porque esa era su naturaleza”, dijo Pauline Lindop, confundadora del fondo y encargada de cumplir la última voluntad de la mujer.