(Foto: EFE)
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Panamá. El despedirá el domingo su primer viaje a Centroamérica con la misa de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud y una visita a un albergue para personas con sida gestionado por la iglesia.

La visita a los residentes de la Casa Hogar El Buen Samaritano enviará un fuerte mensaje a la sociedad panameña, donde ser portador del VIH conlleva un estigma.

El director del albergue, el sacerdote Domingo Escobar, dijo que muchos que las personas a las que prestan ayuda fueron rechazadas por sus familias y por la gente en la calle, pero en el centro “reciben ayuda cristiana, como quiere la iglesia”.

Francisco visitará el hogar tras oficiar una misa ante cientos de miles de peregrinos en Metropark, en la ciudad de Panamá, que se celebrará temprano en la mañana para que los asistentes puedan evitar el calor sofocante y comenzar el viaje de regreso a sus casas tras una semana de actos religiosos.

Muchos de ellos pasaron la noche allí tras una vigilia dirigida por el sábado en la noche que fue la culminación de un día repleto de actos, incluyendo un almuerzo con 10 jóvenes peregrinos de todos los continentes. El Vaticano describió el encuentro como un acto familiar y festivo, y los jóvenes se mostraron sorprendidos por la informalidad y el interés del pontífice en sus preguntas.

Brenda Noriega, una joven que nació en México y vive en San Bernadino, California, contó que le dijo al papa que los escándalos sobre abusos sexuales son una crisis de la que “no podemos evitar hablar". La joven mencionó que Francisco dijo que éstos son “un crimen terrible” y que la institución está comprometida a ayudar a las víctimas.

Según Noriega, Francisco hizo hincapié la necesidad de rezar y señaló que había enviado a los obispos de Estados Unidos a un retiro con su propio sacerdote a principios de mes, antes de la gran cumbre sobre prevención de abusos que se celebrará en el Vaticano en febrero.

Esta fue la primera vez que se abordaron públicamente los abusos durante la visita de cuatro días de Francisco a Panamá. En Centroamérica no estalló el escándalo como en otras regiones, donde el clero enfrenta una crisis de confianza tras años en los que no protegieron a los jóvenes de los sacerdotes que los violaban y abusaban.

Durante el almuerzo, celebrado en el campus del principal seminario de la capital panameña, los invitados plantearon sus dudas a Francisco.

La palestina Dana Salah contó que se interesó por la huida de los cristianos de la tierra donde nació Jesús. Francisco le aseguró que “Palestina siempre será la tierra de Jesús”, afirmó.

Por su parte, Emilda Santos Montezuma, una indígena panameña, habló con el pontífice de medio ambiente y de los derechos de la población indígena, dos asuntos especialmente cercanos a Francisco y que centrarán una reunión con obispos de la Amazonía en el Vaticano más tarde este año. El respaldo de Francisco, dijo, empoderará a los indígenas para luchar por sus derechos.

Fuente: AP

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