Los hipopótamos que importó Pablo Escobar se han convertido en un dolor de cabeza para las autoridades colombianas. (Foto: AFP)
Los hipopótamos que importó Pablo Escobar se han convertido en un dolor de cabeza para las autoridades colombianas. (Foto: AFP)

Hace más de tres décadas, y en pleno auge de ilícita actividad, el conocido narcotraficante importó cuatro hipopótamos, entre otros animales exóticos, a su finca Nápoles en el departamento de Antioquia. Ahora, estos ejemplares son considerados como “una bomba de tiempo ecológica”.

Un estudio publicado en la revista detalla que los ahora casi 100 hipopótamos ocupan un área de hasta 2.000 kilómetros cuadrados, provocando su expansión en el territorio y el aumento de reproducción que podría ser de 1.500 animales para el año 2039. Por ello, los expertos recomendaban el sacrificio de los animales para mitigar el impacto ambiental en el ecosistema.

La bióloga Nataly Casteblanco, una de las autoras del estudio declaró a la BBC que, “es obvio que sentimos lástima por estos animales, pero como científicos debemos ser honestos, los hipopótamos son una especie invasora en Colombia y si no matamos a una parte de su población ahora, la situación podría estar fuera de control en tan solo 10 o 20 años”.

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Además, detalló que se debe aplicar el principio precautorio y que, gracias a mucha evidencia empírica disponible, la solución desde la óptica de la biología de la conservación es simple: “erradicar la población invasora para preservar la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y la seguridad humana”.

La recomendación de la científica generó controversia en los sectores animalistas del país, quienes cuestionaron las sugerencias de la experta generando debates. Sin embargo, el grupo de especialistas en especies invasoras de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) respaldó a los autores del artículo científico.

Los hipopótamos que fueron de Pablo Escobar viven hoy libres en Doradal, en Antioquía. (Foto: AFP)
Los hipopótamos que fueron de Pablo Escobar viven hoy libres en Doradal, en Antioquía. (Foto: AFP)

A pesar de ello, organizaciones colombianas ambientalistas consideran otras alternativas, es el caso de los biólogos de la Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare (Cornare) quienes afirman que una solución al problema es la esterilización de los hipopótamos a través de una vacuna estadounidense, denominada inmunocastración.

David Echeverri López, coordinador del Grupo Bosques y Biodiversidad de Cornare, dijo que la intención es empezar el proceso de vacunación en toda la población de hipopótamos en su jurisdicción y que requerirán unas 2000 dosis. Por ello, los expertos de Cornare y el Ministerio de Ambiente Colombiano de Colombia, presentaron una solicitud a la Embajada de Estados Unidos para adquirir el medicamento, pues la sustancia no es de uso comercial y solo se elabora en el país norteamericano.

Sacrificio

Por otro lado, el Grupo de Especialistas en Especies Invasoras de la UICN envió una carta abierta al ministro de Ambiente, Carlos Eduardo Correa, explicando la situación en la que urge un programa de remoción de la población de hipopótamos en el país, “cualquier campaña de eliminación debe garantizar tasas de eliminación que superen significativamente el crecimiento de la población para tener un efecto real”, dicen.

Asimismo, aseguran que es poco probable la eficacia de realizar una esterilización a largo plazo porque, “no elimina los impactos que los animales seguirán causando durante décadas, considerando que los hipopótamos tienen una esperanza de vida de 40 años”.

Opciones

La polémica que se genera por controlar a los hipopótamos en la cuenca del río Magdalena en Colombia produce entre los expertos comentarios que detallan otras opciones como capturarlos y encerrarlos en el zoológico o trasladándolos a África.

Sin embargo, Germán Jiménez, biólogo y coautor del artículo publicado en la revista Biological Conservation, respondió a las inquietudes en una entrevista a Mongabay Latam.

Según explicó, para contener a los animales y limitar su dispersión, se necesita un equipo de personas y una inversión muy costosa que permita generar un cerco, capturar a los animales y disponerlos en algún ligar. “El hipopótamo permanece mucho tiempo en el agua y no es fácil ubicarlo. Son animales muy agresivos y no es fácil capturarlos y manipularlos, el riesgo de muerte es altísimo”, dice Jiménez.

En cuento a trasladarlos al continente africano, el biólogo afirma que, al no conocer su procedencia, las autoridades africanas los devolverían porque sería introducir un riesgo biológico para ese continente. “Son animales que vienen con una carga parasitaria de otra región tropical y eso no solo podría afectar a otros hipopótamos sino a otras especies”, comenta.

Por último, llevarlos al zoológico no es una medida responsable pues actualmente, según Jiménez, no hay espacios con la capacidad adecuada para recibir a los animales, asimismo, el costo de vida de los hipopótamos es muy elevado será muy difícil mantenerlos.

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