Redacción PERÚ21

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El paro parcial del transporte, bloqueos de algunas carreteras y manifestaciones en las calles marcaron el viernes el inicio de una jornada de protesta contra la reforma de las jubilaciones en , a pocas horas de que la comience en Sao Paulo.

Reportes sindicales señalaron que hubo paralizaciones en los sectores petrolero, bancario y de correos de varios estados, y también movilizaciones de estudiantes y profesores movilizados contra los bloqueos de presupuestos a las universidades, que el mes pasado dieron lugar a dos protestas masivas.

Según un primer balance de las centrales sindicales divulgado a mediodía, 45 millones de trabajadores se adhirieron a la huelga en 300 ciudades de casi todos los estados. El portal de información G1 cifró en 84 las ciudades de 21 estados donde se habían señalado protestas.

En Sao Paulo, donde por la noche se inaugurará la en el estadio Morumbí, con la presencia del presidente una línea de metro se hallaba totalmente paralizada y otras tres operaban parcialmente, según datos de la compañía pública.

Solo las líneas 4, que llega al Morumbí, y la 5, ambas de gestión privada, funcionaban normalmente.

En tanto, los autobuses municipales operaban con toda su flota, de acuerdo a la alcaldía de la mayor ciudad de Sudamérica, así como los trenes. Pese a todo, en algunas estaciones se registraron aglomeraciones y retrasos que afectaron a parte de los más de 20 millones de habitantes que viven en la grande Sao Paulo.

En otras capitales como Salvador de Bahía (noreste) solo funcionaba el metro, en tanto que en Brasilia, Porto Alegre (sur) o Recife (nordeste) se señalaban paros parciales. En Belo Horizonte, el metro permanecía cerrado, reportaron los medios locales.

La mañana arrancó, además, con bloqueos de manifestantes en algunos estados, como en Río de Janeiro, donde la policía llegó a usar bombas lacrimógenas y de ruido para dispersar las protestas.

Los sindicatos mantuvieron la convocatoria a una huelga general contra la reforma de las jubilaciones de Bolsonaro, pese a que el proyecto que llegó al Congreso el jueves tuvo recortadas algunas de sus aristas más polémicas.

Esas modificaciones "no cambian nada", dijo a la AFP a través de su asesoría de prensa el presidente de la Central Única de los Trabajadores (CUT), Vagner Freitas, en la víspera del paro.

"La CUT no concuerda con la narrativa de que las jubilaciones sean el principal problema económico de Brasil. El problema de Brasil es que no hay un proyecto de política económica", indicó.

La reforma de las jubilaciones es una promesa con la que el ultraderechista Bolsonaro ganó el apoyo de los mercados durante su campaña electoral. El ministro de Economía, Paulo Guedes, la define como la llave maestra para reducir el déficit público.

El proyecto inicial contemplaba un ahorro de casi 1.2 billones de reales en 10 años (más de 300,000 millones de dólares al cambio actual).

Pero las medidas para conseguirlo generan resistencias entre los legisladores, que deben aprobarlo por una mayoría de tres quintos para que entre en vigor.

(Con información de AFP)

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