Días antes del ataque a la escuela de un suburbio de Sao Paulo, uno de los agresores subió fotos a Facebook mostrando armas. (Foto: Facebook)
Días antes del ataque a la escuela de un suburbio de Sao Paulo, uno de los agresores subió fotos a Facebook mostrando armas. (Foto: Facebook)

Redacción PERÚ21

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Entraron encapuchados y armados con todo un arsenal. Estaban listos para atentar contra quien osaran cruzárseles. Luiz Henrique de Castro, de 25 años, y Guilherme Taucci Monteiro, de 17 años atacaron el colegio Raúl Brasil de con pistolas, cuchillos y arcos. Mataron en total a ocho personas para luego suicidarse.

Ambos, vecinos y ex alumnos de la institución ubicada en un suburbio de Sao Paulo, Suzano, les arrebataron la vida a cinco alumnos, una profesora y un funcionario del centro educativo. Antes balearon al dueño de un negocio de automóviles, tío de Monteiro. Y dejaron al menos a nueve personas heridas que aún se recuperan en hospitales de la ciudad.

- Sueño de masacre -

Guilherme Taucci Monteiro tenía 17 años. Vivía con sus abuelos desde siempre, informa la revista brasileña "Veja". La mañana del miércoles disparó una pistola calibre 38 mientras su cómplice utilizó un arco. Como reservas guardaban bombas molotov y hachas.

Tres días antes del ataque, Monteiro amenazó a sus compañeros en un centro comercial. Les dijo "estén listos". Mostró una conducta amenazadora también en redes sociales: en un perfil de Facebook, donde se identificó como "William Alan", subió una foto en la que aparece con una máscara y un arma -objetos utilizados en su ataque.

Guilherme Taucci Monteiro, de 17 años. (Foto: Facebook)
Guilherme Taucci Monteiro, de 17 años. (Foto: Facebook)

Al parecer, su amenaza estuvo latente desde mucho antes. Un compañero de clases declaró al diario paulista "Folha" que Monteiro siempre decía que algún día repetiría la masacre de Columbine, ocurrida en 1999 en una escuela de Colorado, Estados Unidos.

El abuelo de Monteiro, quien evitó identificarse, dijo que él nunca tuvo contacto con sus padres, dependientes químicos. Vivía con él, sus dos hermanas y hasta hace poco su abuela ahora fallecida. "Era un niño pequeño, no tenía problemas con las drogas y nunca me dio trabajo", dijo. Pero también contó que fue despedido de la concesionaria por su tío Jorge cuando lo alcanzó con un disparo hace dos años.

El agresor estaba sometido a un tratamiento para su piel. Tenía vergüenza del acné con el que vivía. Una testigo del ataque y alumna del Raul Brasil declaró que él nunca sufrió de intimidación. Mientras que el secretario de Educación, Rossieli Soares, dijo que él nunca tuvo problemas de comportamiento en los dos años que estudió en el mencionado colegio.

Habría tenido la facilidad de ingresar a la escuela porque era considerado como un alumno "evadido". Aunque la puerta estuviese cerrada, tendría acceso porque la institución aún estaba aceptando matrículas y tenía el derecho de reanudar sus estudios.

Monteiro y De Castro trataron de cazar la mayoría de estudiantes posibles. Cuando llegó la policía, ambos intentaban ingresar a una habitación trasera de la escuela donde se escondían decenas de alumnos. En lugar de enfrentar a las autoridades decidieron por un camino más "sencillo": se suicidaron.

- El cómplice y camarada -

Luiz Henrique de Castro, a sus 25 años habría planeado el ataque junto a Monteiro por cerca de un año y medio. La policía local encontró conversaciones entre los atacantes a través de mensajes de texto. Aparentemente, un familiar de este último descubrió la estrategia y tuvieron que eliminar evidencias.

Luiz Henrique de Castro, de 25 años.
Luiz Henrique de Castro, de 25 años.

De Castro fue quien alquiló un automóvil Onyx Blanco que se usó en la agresión. Esa era su parte de la primera parte del plan. Monteiro se encargó de comprar las armas usando el dinero que obtuvo de la venta de un carrito para "perros calientes" con el que trabajaba.

La familia de Luiz Enrique manifestó estar perpleja por el ataque y posterior suicidio, según el abogado de ellos, Fabrício Tsutsui, dijo a "Veja". Y es que los ancianos que la conforman conocían al joven como alguien trabajador que se dedicaba a ser auxiliar de jardinería. La mañana del atentado salió como cualquier otro día, nunca dio el mínimo indicio de las intenciones que tenía.

Luiz Henrique trabajaba con su padre, dijo un tío de este, Américo José Castro. El martes pasado, ellos salieron juntos, pero a mitad de camino manifestó sentirse mal y que se regresaba. "Era un chico tranquilo, que gustaba jugar con los amigos. Era corintiano, pero últimamente decía que se inclinaba para el Barcelona".

Ese mismo día, el vecino de los atacantes, Bruno César, se encontró con Luiz y Guilherme. Los saludó como cualquier otro día. Eran los tres amigos y compañero de clases de Monteiro. "Nunca hablaron de armas", dijo.

Pero el objetivo ya estaba trazado. A las 10:00 a.m. (hora local) de hoy, miércoles, abrieron fuego dentro de la escuela poco después de iniciar la hora de recreo. Mataron a los alumnos Kaio Lucas da Costa Limeira, de 15 años, Caio Oliveira (15), Claiton Antonio Ribeiro (17), Douglas Murilo Celestino (16) y Samuel Melquíades Silva Oliveira (16); la corrdinadora de pedagogía, Marilena Umezo (59) y la inspectora de enseñanza Eliana Regina de Oliveira (38).

El gobierno de Sao Paulo confirmó que además 23 personas resultaron heridas, quienes fueron atendidos por seis unidades de salud en un atentado inusual en escuelas de Brasil. Tras las pesquisas policiales se halló un artefacto dejado por los agresores, el cual más tarde se descartó se tratara de una bomba.

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