Redacción PERÚ21

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La creciente tensión racista que vive ante la ola de tuvo un nuevo capítulo el fin de semana cuando un incendio —al parecer, provocado— destruyó un futuro hogar de acogida mientras varios vecinos aplaudían el incidente e intentaban impedir la actuación de los bomberos.

El fuego se detectó hacia las 3:30 a.m. del sábado al domingo en un antiguo hotel que debía servir para acoger refugiados en Bautzen, en el este de Alemania, informó hoy la Policía. Las llamas destruyeron el techo del edificio, que debía acoger en marzo a 300 refugiados.

Fuentes de la investigación y de la Policía partieron de la base de que el incendio fue provocado, según confirmaron a la agencia dpa, aunque las pesquisas siguen en marcha y se investiga "en todas las direcciones".

Según el informe policial, los bomberos y voluntarios que llegaron al lugar para controlar las llamas se encontraron con un grupo de 20 a 30 vecinos y curiosos, algunos de ellos borrachos, que comentaban el siniestro "de forma despectiva o con abierta alegría".

Además, la Policía tuvo que identificar a varios curiosos y retiró del lugar a tres vecinos de Bautzen que "estorbaban de forma importante" el trabajo de los bomberos. El edificio se encontraba vacío, por lo que no el incendio no dejó ningún herido.

El incendio y la actitud de los vecinos generaron el rechazo inmediato del Gobierno, cada vez más preocupado por la serie de incidentes de corte racista que se suceden casi a diario.

"Aplaudir abiertamente cuando arden las casas y meter un miedo de muerte a los refugiados es actuar de forma repugnante y asquerosa", escribió el ministro de Justicia alemán, Heiko Maas, en su cuenta de Twitter.

OTROS HECHOS XENOFÓBICOSEl incidente marca un paso más en la escalada de tensión que vive Alemania por la llegada masiva de refugiados —1,1 millones sólo en 2015—, los desafíos de acogida e integración que plantea y su utilización por parte de grupos xenófobos.

La Policía tuvo que dar explicaciones después de verse desbordada por una turba racista que el jueves bloqueó el acceso de un autobús de refugiados a un hogar de asilo en Clausnitz, también en en el este del país.

Los videos de mujeres y niños llorando de miedo dentro del vehículo y las imágenes de un policía entrando en el bus y sacando por la fuerza a un niño aterrado que no quería salir se viralizaron y aumentaron la presión sobre los agentes.

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