El estadounidense Alan Gross, que estuvo preso en Cuba y fue puesto en libertad este miércoles tras negociaciones entre la isla y su país, dijo que en los 5 años que pasó encarcelado aprendió una lección: que la libertad no es gratuita.
Gross habló en Washington a su llegada desde Cuba. El gobierno de Raúl Castro lo liberó como parte de un acuerdo para restablecer relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
Gross dijo que esperaba que Estados Unidos y Cuba puedan superar sus políticas mutuamente beligerantes. Agregó que dos errores nunca hacen un acierto.
También señaló que a pesar de lo vivido, tiene el mayor respeto y cariño por el pueblo cubano.
Dijo que ellos no son los responsables de su odisea y opinó que la mayoría de los cubanos son increíblemente amables, generosos y talentosos.
Gross expresó que saber que no fue olvidado en Estados Unidos fue crucial para su supervivencia.