Este 18 de mayo se conmemoran 20 años de la Tragedia de Antuco, la segunda mayor catástrofe del Ejército de Chile en tiempos de paz, en el cual fallecieron 45 personas: 44 conscriptos y un suboficial. ¿Qué pasó y por qué este mortal evento pudo ser totalmente evitable?
Todo empezó el 4 de abril del 2005, cuando alrededor de 400 jóvenes conscriptos ingresaron al Regimiento Reforzado N° 17 «Los Ángeles» del Ejército de Chile, ubicado en la ciudad de Los Ángeles, con la finalidad de cumplir el servicio militar obligatorio, el cual debían realizar todos los varones mayores de 18 años.
La mayoría de conscriptos en este caso eran jóvenes de escasos recursos, que se presentaron de manera voluntaria para desarrollar de esta forma su carrera militar como soldados del ejército chileno.
Como es tradición, cada año entre las épocas de abril y mayo, el regimiento realiza un periodo de instrucción básica para los nuevos soldados en la zona de la Laguna de la Laja, donde el regimiento cuenta con un refugio habilitado para soportar las inclemencias climáticas de la zona y con capacidad suficiente en la cordillerana comuna de Antuco, al interior de Los Ángeles.
El inicio de la tragedia
Tres compañías del regimiento partieron el 17 de mayo a realizar los ejercicios de preparación en esta inhóspita zona. Sin embargo, se vieron sorprendidos por un mal tiempo que azotó la zona, provocando nevazón y un descenso considerable de la temperatura.
Los soldados no lograron llegar al refugio Los Barros, y a pesar de que la mayoría no contaba con la vestimenta adecuada para enfrentar las temperaturas de 10 grados bajo cero, el comandante del batallón habría insistido en que se desarrolle la marcha con las otras dos compañías la mañana del 18 de mayo.
Entonces, 112 soldados se quedaron en el recinto, pues les correspondía marchar al día siguiente, algo que finalmente no ocurrió. Los otros que sí emprendieron la marcha, iban muriendo en medio del conocido «viento blanco» o tormenta de nieve, que azotaba la zona.
Así, muchos cadáveres fueron encontrados tratando de buscar refugio del inclemente frío, mientras que otros estaban tendidos boca arriba luego de morir congelados durante la marcha. Las autopsias revelaron que no habrían tardado más de dos o tres horas en morir por hipotermia.
Murieron congelados
Los sobrevivientes de esta marcha lograron llegar hasta el refugio La Cortina, que pertenecía a una antigua compañía eléctrica y se encontraba en desuso. Según algunos conscriptos que llegaron a este lugar, algunos suboficiales optaron por huir a ponerse a cubierto, abandonandolos a su suerte.
Años después el ex conscripto Rodrigo Morales manifestó en el programa especial «La Marcha Mortal», emitido por Televisión Nacional de Chile el 20 de julio de 2005, lo siguiente:
«[…] más de doce horas caminando con nieve hasta la cintura en algunas partes y con un frío insoportable. Llegó el momento más crítico de la marcha, donde ya Hernández había caído, donde un sinfín de soldados ya no podían caminar más; no daban más y los cabos en un minuto empezaron a arrancarse [huir], se arrancaron [huyeron]. Yo fui el primero en llegar a La Cortina y después de mí, a los diez minutos, llegaron nueve cabos, sin ningún soldado y cada cabo está a cargo de siete soldados». Solo el suboficial cocinero permaneció junto a ellos, pereciendo en la tormenta.»
Al conocerse la noticia, se emprendió el trabajo para recuperar los cuerpos de los fallecidos, algunos de ellos fueron encontrados a más de cuatro metros bajo la nieve y se debió usar servicios satelitales para ubicarlos.
La búsqueda se extendió hasta el 6 de julio, fecha en que fue encontrado y desenterrado el último cadáver. Fallecieron en total 44 soldados conscriptos y un sargento, quien era cocinero.
«Espero que de esta tragedia podamos sacar las enseñanzas adecuadas para ser más y mejores chilenos, para ser más y mejores soldados, para ser más y mejores ciudadanos de este Chile al cual tanto queremos y en cuyo nombre despido a estos soldados que hoy día se van», comentó el presidente Ricardo Lagos Escobar, el 21 de mayo de 2005.
El juicio contra los culpables
La justicia actuó casi de inmediato. El mayor Patricio Cereceda Truan recibió una condena efectiva de 5 años y un día por cuasidelito de homicidio múltiple, aunque fue puesto en libertad condicional luego de 3 años y 8 meses.
Otros de los altos mandos que se vieron responsables por la fatal marcha fueron el comandante Roberto Mercado Olguín, quien por incumplimiento de deberes militares recibió una condena de 3 años, el asesor de la comandancia Luis Pineda Peña recibió 541 días de condena, y los capitanes Carlos Olivares Oyanguren y Claudio Gutiérrez Romero con 800 días de presidio.
Posteriormente, los 27 sobrevivientes fueron compensados con 10 millones de pesos chilenos para cada uno por resolución de la Corte Suprema de Justicia. Sin embargo, esta suma fue insuficiente para los sobrevivientes, quienes padecieron de secuelas físicas permanentes, además de verse obligados a someterse a diversos tratamientos y operaciones quirúrgicas.
Asimismo, muchos de ellos sufrieron de las consecuencias de tipo psicológico, la principal fue el estrés postraumático que los llevó a intentos de suicidio y depresión.
Lista de fallecidos
- Sargento 2° Luis Monares Castillo.
- Soldado conscripto Víctor Aqueveque Erices.
- Soldado conscripto Silverio Avendaño Huilipán.
- Soldado conscripto Francisco Burgos Burgos.
- Soldado conscripto José Bustamante Ortiz
- Soldado conscripto David Carrasco Yáñez
- Soldado conscripto Robert Castillo Ruiz
- Soldado conscripto Juan Castro Balboa
- Soldado conscripto Cristian Chávez Varela
- Soldado conscripto Osvaldo Contreras Hidalgo
- Soldado conscripto Roberto Contreras Mellado
- Soldado conscripto Pedro Díaz Cerna
- Soldado conscripto Esteban Díaz Valderrama
- Soldado conscripto Rolando Escobar Contreras
- Soldado conscripto Guillermo Foncea Sandoval
- Soldado conscripto Luciano Fuentes Leiva
- Soldado conscripto Ricardo Garcés Jorquera
- Soldado conscripto Guillermo Gazitúa Quijada
- Soldado conscripto Milton González Castillo
- Soldado conscripto Cristián Herrera Henríquez
- Soldado conscripto Arnaldo Jorquera Jara
- Soldado conscripto Jaime Alejandro Bizama Palma
- Soldado conscripto Daniel Mardones Cuevas
- Soldado conscripto Christian Mendoza Concha
- Soldado conscripto Freddy Montoya Fica
- Soldado conscripto Francisco Montoya Montoya
- Soldado conscripto Hugo Muñoz Cifuentes
- Soldado conscripto José Ortega Astudillo
- Soldado conscripto Christopher Pérez Sánchez
- Soldado conscripto Freddy Pilar Parada
- Soldado conscripto Miguel Piñaleo Llaulén
- Soldado conscripto Juan Ramírez Jara
- Soldado conscripto Julio Renca Navarrete
- Soldado conscripto Rubén Reyes Urra
- Soldado conscripto Carlos Quezada Vejar
- Soldado conscripto Ángel Saavedra Troncoso
- Soldado conscripto Enzo Sánchez González
- Soldado conscripto Ricardo Seguel Herrera
- Soldado conscripto Edgardo Sobarzo Cruces
- Soldado conscripto Juan Valenzuela Riquelme
- Soldado conscripto Ignacio Vallejos Henríquez
- Soldado conscripto Cristian Vallejos Vallejos
- Soldado conscripto José San Martín Villalobos
- Soldado conscripto Juan Zambrano Cárdenas
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