Es uno de los ataques más sangrientos en Kabul desde la caída del Gobierno talibán en 2001. (Reuters)
Es uno de los ataques más sangrientos en Kabul desde la caída del Gobierno talibán en 2001. (Reuters)

Redacción PERÚ21

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Un suicida atacó este martes un santuario musulmán chií en Kabul y provocó la muerte de al menos 55 personas en un hecho de violencia sin precedentes, un día después de que los aliados occidentales de Afganistán se comprometieron a continuar apoyando al país una vez que sus soldados se retiren.

Médicos y policías intentaban contar los muertos en uno de los ataques más sangrientos en la capital afgana desde la caída del Gobierno talibán en el 2001. Los talibanes negaron haber cometido el atentado.

Había cuerpos y sangre en toda la calle después de la explosión en el corazón del antiguo Kabul, donde cientos de personas se habían reunido para la fiesta del Ashura. Hubo al menos 160 heridos.

Fue un potente recordatorio de los problemas de Afganistán, un día después de que sus aliados occidentales se reunieron en una conferencia internacional para prometer un apoyo a largo plazo, incluso tras la retirada de sus tropas de combate a fines del 2014.

"Esta es la primera vez en un día religioso tan importante en Afganistán que ocurre un acto de terrorismo de esta naturaleza horrible", dijo el presidente afgano Hamid Karzai a periodistas en Alemania, donde se realizó la conferencia sobre el futuro del país.

Nadie se adjudicó inmediatamente la responsabilidad del ataque. Los talibanes condenaron la violencia como el trabajo brutal de "enemigos invasores".

Afganistán ha vivido tradicionalmente tensiones y violencia entre suníes y la minoría chií, pero desde la caída de los talibanes el país no ha registrado la escala de atentados que han causado problemas en el vecino Pakistán.

La bomba, colocada al mediodía en un santuario situado junto a un río, en el centro de Kabul, parece establecer un nuevo y sombrío precedente.