Un nuevo episodio de tensión política sacude Bolivia, donde 200 militares fueron retenidos por campesinos afines al expresidente Evo Morales en Cochabamba, en medio de una protesta que exige el fin de lo que consideran "persecución judicial" contra su líder y la renuncia del presidente Luis Arce.
Los bloqueos de carreteras y las movilizaciones, que iniciaron el 14 de octubre, se intensificaron durante el fin de semana con la ocupación de tres cuarteles y la retención de soldados en el conflicto entre los partidarios de Morales y el actual mandatario.
El Ministerio de Relaciones Exteriores denunció el sábado que “grupos armados irregulares” tomaron tres unidades militares, dejando "más de doscientos efectivos militares" como rehenes, además de apoderarse de armas y municiones.
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En Bolivia, partidarios de Evo Morales retienen a 200 militares https://t.co/wcMzB1WheG pic.twitter.com/qbiWl4BKOc— PacoZeaCom (@PacoZeaCom) November 4, 2024
Sin embargo, desde el lado de los manifestantes, Vicente Choque, líder de las federaciones indígenas del Chapare, negó la retención y acusó al gobierno de “exagerar”.
Choque afirmó que, en realidad, los manifestantes están en una “vigilia” en las afueras de los cuarteles para evitar que refuerzos militares ingresen a las instalaciones, y que se permite la salida coordinada de los efectivos retenidos. "No hay ni un rehén, eso de rehenes, creo que el gobierno exagera, miente", aseguró en entrevista.
La ocupación de las unidades militares, según Choque, fue motivada en parte por la sospecha de que los vehículos dentro de los cuarteles fueron utilizados por la policía en un supuesto intento de asesinato contra Morales, quien denunció haber recibido 14 disparos en su vehículo en el Chapare el pasado 27 de octubre, lo cual dejó herido a su chófer.
El abogado retirado de las Fuerzas Armadas, Omar Durán, sostiene una versión contraria, asegurando que los militares “están retenidos en el lugar, no los dejan salir”. Videos difundidos por la AFP muestran a hombres, mujeres y niños en las afueras del cuartel bajo lonas y árboles, mientras que los militares permanecen en guardia, pero sin armas.
Los seguidores de Morales temen una posible orden de arresto contra el expresidente por presuntos delitos de estupro y trata de una menor, aunque Morales niega las acusaciones.
La situación de tensión entre las facciones del oficialismo plantea un desafío para el presidente Luis Arce, que enfrenta una creciente presión para controlar el conflicto y restaurar el orden en el país.
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