Varios países en el mundo vienen decretando la cuarentena en su territorios debido a la propagación del coronavirus. Sin embargo, algunos ciudadanos se muestran reacios a cumplir esta orden. Estas personas, para el mandatario de Chechenia, merecen la pena de muerte.
Así lo dijo recientemente Ramzan Kadyrov para a agencia regional de noticias Caucasian Knot.
“Si me preguntas, cualquiera que cree este problema por sí mismo debería ser asesinado. No solo se enferma, sino que también infecta a su familia, sus hermanas, hermanos, vecinos”, declaró.
Chechenia, a diferencia de otras naciones de Europa o de Sudamérica, solo cuenta hasta el momento con tres casos positivos por COVID-19. No obstante, la desinformación, la histeria y el miedo se apoderó de este país y Kadyrov tuvo que tomar medidas drásticas.
Kadyrov dijo que las personas que difunden información falsa sobre el COVID-19 deben ser castigadas con el servicio comunitario. Además, exhortó el cierre de todos los restaurantes, cafeterías y “lugares concurridos” en Chechenia.
Aquellos tres casos son de personas que fueron de viaje a La Meca y regresaron a su país por medio de Turquía. Al diagnosticárseles coronavirus, ninguno de ellos cumplió el aislamiento, por lo que el líder checheno enfureció.
Por su parte, el ministro de Salud de Chechenia dijo que los tres pacientes infectados están “en cajas aisladas en el hospital de enfermedades infecciosas y reciben el tratamiento adecuado”.
