Cuando el difundió aquel 14 de mayo ese desalentador comunicado que confirmaba que no iba a disputar el por haber tomado un mate de coca, todos los hinchas de la ‘Blanquirroja’ estuvieron de luto.

Entre ellos se encuentra el regidor de Lima, , quien no pudo asimilar la idea que el ‘Depredador’ iba a estar fuera de la Copa del Mundo por un presunto caso de dopaje.

“Cómo a Paolo, que siempre fue estricto con su salud, lo pueden acusar de doping. Para mí no era creíble. Como anécdota recuerdo que en la fiesta de promoción de quinto de media (que cayó jueves o viernes) él no tomó ni una sola gota de alcohol porque tenía partido el domingo”, cuenta Rey a Perú21.

Paolo Guerrero estudió en Los Reyes Rojos de Barranco. Sexto grado y toda su secundaria la realizó en aquel colegio que lleva el nombre del conocido poema de Eguren. A esa escuela, ingresaron un grupo de chicos de la División de Menores de Alianza Lima, entre ellos Paolo Guerrero.

“Coincidentemente, yo ingresé a Los Reyes Rojos en el mismo año en que lo hizo Paolo. Éramos muy buenos amigos. Jugábamos fútbol y, desde que él tenía 11 años, siempre fue buenísimo con la pelota”, relata el regidor.

Rey rememora que Constantino Carvallo era el director del colegio y, además, era el director de la División de Menores de Alianza Lima: “Lo que él quería es que estos chicos tuvieran una buena educación mientras seguían su carrera como futbolistas y así fue que Paolo entra a Los Reyes Rojos".

El capitán de la selección peruana, en palabras del mismo Augusto, siempre seguía a pie juntillas lo que decía su mamá, la señora Petronila González: “Siempre ha sido recta, ella lideraba todo y ponía en orden todo. Lo que decía ‘Doña Peta’ era ley para Paolo”.

Entre risas, Rey nos narra que después de un partido de fulbito a la salida de clases, Guerrero no podía almorzar con sus amigos. ¿La razón? Tenía horarios de alimentación que Paolo tenía seguir.

- Oe, ya pues, vamos a almorzar a mi casa.
- No, no puedo porque mi mamá me mata. Tengo que seguir mis horas.

Aquel diálogo era frecuente entre el futbolista del Flamengo y sus amigos que lo rodeaban. Estos compañeros, según Augusto, saben de la dedicación que Paolo le ponía al fútbol. Tanto así que no les sorprendió cuando les contó que tenía que partir hacia Europa para seguir sus sueños.

Paolo, estando aún en el colegio, viaja hacia Bélgica. Él solo regresó para la fiesta de promoción de quinto y luego parte nuevamente, pero hacia Alemania para jugar en el Bayern Munich. No sabes la alegría que nos dio cuando nos lo contó”, dice Augusto emocionado.

El regidor fue parte de una promoción en la cual tuvo el privilegio de ser compañero de carpeta a GuerreroWally Sánchez. “Esa generación de futbolistas es a la que usualmente le llamamos la ‘Generación Carvallo’”, comenta.

Y agrega orgulloso: "Uno solo se queda con el glamour del deportista, pero es una vida muy complicada porque implica un difícil proceso de adaptación. Paolo sacrificó muchas cosas para irse a Europa, pero finalmente, valió la pena por lo tan respetado que es ahora”.

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