Dos caras de una misma moneda. y llegaron a con un mismo objetivo: la final del Mundial y, por qué no, hacerse con la copa.

Dos escenarios completamente distintos. El '10' de la llegaba a Moscú con una mochila muy pesada. Ya lo habían advertido varios referentes históricos del fútbol: Lionel no podía cargar él solo el peso de una selección. Argentina no es el Barcelona y el talento de sus jugadores no fue suficiente para cerrar una fase de grupos digna de un aspirante a campeón del mundo.

Ronaldo, por su parte, venía como campeón de Europa y la posibilidad de hacer soñar a los lusos. Sin presiones, sin la prensa en su contra, 'CR7' solo tenía en mente una cosa: el gol.

Con los años en contra, la duda sobre la presencia de ambas estrellas en Qatar 2022 se vuelve una incógnita. 

NO MÁS LÍO EN RUSIA

Lionel Messi lamentó la eliminación de Argentina en el Mundial Rusia 2018. (Foto: EFE)
Lionel Messi lamentó la eliminación de Argentina en el Mundial Rusia 2018. (Foto: EFE)

El fútbol en ocasiones se olvida de los merecimientos y el equipo de Jorge Sampaoli se coló en los octavos de final del certamen. Nigeria había hecho todo lo posible para ocupar el segundo lugar del Grupo D pero la inocencia les salió cara en el último suspiro del duelo ante los albicelestes.

De lo más profundo de la defensa salió Marcos Rojo, zaguero del Manchester United que no contó con mucha continuidad en la Premier League, y vistiéndose de '9' reventó la portería africana.

Argentina abrió la jornada de este sábado con el duelo ante Francia. Los galos, que no brillaron pero tampoco defraudaron en el grupo de Perú, salían a matar.

Nuevamente los reflectores sobre Messi. Nuevamente la carga de ser el salvador, el 'Messías', el señor gol. Sampaoli y sus chacales no contaban con la presencia de N'Golo Kanté.

El mediocampista central tenía la orden de anular a Lionel, convertirlo en un remedo de lo que es por la banda izquierda en el Camp Nou.

Lo logró.

El resultado abultado solo maquilla las falencias argentinas. Francia tocó a su antojo e hizo correr a hasta morir a los defensas argentinos. Mbappé se paseó por la alfombra verde del Kazán Arena, anotó un doblete y ocasionó el penal que abrió el marcador y desencadenó la lluvia de goles en ambas porterías.

El 4-3 llegó tarde y en la desesperación Argentina se olvidó lo que necesitaba: tiempo. Gran parte del tiempo agregado se desperdició en reclamos al juez central, que mató el sueño de un gol agónico haciendo sonar su ocarina fatídica.

¿Seguirá el astro? ¿Llegará a Qatar? Messi ya se había retirado de la máxima albiceleste y volvió cual hijo pródigo, abrazado por una hinchada necesitada de su zurda prodigiosa.

El futuro es incierto. A sus 31 años, Lionel tendrá que mantenerse a nivel 'top' por cuatro años más, en medio de un mar de jugadores argentinos y con un Paulo Dybala que clama por ser sus sucesor.

LAMENTO CRISTIANO

Cristiano Ronaldo. (Getty)
Cristiano Ronaldo. (Getty)

El despliegue goleador de Cristiano Ronaldo ilusionó a más de uno en la primera jornada: un triplete salvador en el 3-3 con España, un gol ante Marruecos y toda la garra en el empate ante Irán impedían reproche alguno a la figura del Real Madrid.

Portugal sufrió hasta el final de la fase de grupos, pero demostró que es capaz de formular buen fútbol. 

Los ibéricos se toparon con la garra charrúa y un Edinson Cavani imparable de cara al arco. Cavani y Suarez, dupla mortal y una pared para concretar uno de los goles más hermosos en lo que va del Mundial y desmoronar las ilusiones de los hinchas portugueses.

El reloj seguía corriendo,  recordándole a Ronaldo que se acercaba pronto su fecha de expiración. El lusitano no podrá seguir anotando y le deja la mesa servida a Harry Kane y Romelu Lukaku para continuar abultando su cuota personal como los máximos artilleros del certamen.

Messi y Ronaldo se regresan en el mismo avión, de brazos cruzados y sin la gloria. Un golpe anímico importante para los dos máximos referentes del fútbol actual y que supondrá un nuevo reto para ambos en la forma cómo afrontarán los días siguientes.