El pintor e ilustrador peruano dice, con satisfacción, que esta selección lo dejó finalmente contento. Claro, todos esperábamos mucho más. Pero hasta donde llegamos, no hay nada que reprochar. es de los que tienen una mirada crítica y poco apasionada del fútbol. Sin embargo, en estos días de euforia en que tocamos la gloria de clasificar, se dejó llevar por la emoción, quizás por ver a sus hijos tan felices. O simplemente a su país tan contento. El artista plástico recuerda lo que fue llegar a España 82, y revive estos días extraños en los que el fútbol peruano volvió a pintarse bonito.

Mi papá me llevó a las Eliminatorias para España 1982. Entonces, vi todos los partidos que se jugaron aquí, en Lima. Tenía 11 años y mi papá era futbolero. Él es de la ‘U’, pero yo nunca he seguido a un equipo. De chibolo y para hacerle la bronca a mi papá, yo era del Sporting Cristal. Un día me rebelé y le dije: “No soy de la ‘U’”. El tema era que no me gustaba ser seguidor de equipos. Recuerdo cuando clasificamos a ese Mundial (España 1982). En el diario El Comercio salió una página dedicada a cada jugador. Era alucinante, eran como héroes. Tenían un porte especial: Malásquez, Barbadillo, entre otros. Eran un ejemplo.

Todo el mundo pensaba que íbamos a eliminar a Camerún, pero no pasó nada. Bueno, de ahí, todo empezó a ir para peor. Perdimos 5-1 ante Polonia. Se acabó todo. Hoy vivimos un tiempo distinto.

Las redes sociales y la televisión hacen que todo sea más grande. Recuerdo que era alucinante ir al Estadio Nacional y ver al ‘Pecoso’ Ramírez. Era un clásico.

Creo que porque viví, por más que sea chico, el periodo donde Perú pudo clasificar, mis expectativas eran grandes.

Yo comparaba el fútbol con corrupción. Me parecía un mundo nada bonito. Crecí pensando que el fútbol era una corrupción, un mundo totalmente interesado.

Todos esos factores (Perú no clasifica y la relación con la corrupción) hicieron que deje de ver fútbol. Veía algunos mundiales, pero no me enganchaba tanto. Sentía que el fútbol era como una gran decepción.

Con la llegada del Perú al Mundial, cambiaron muchas cosas. Yo tengo hijos y ahora veo la cosa al revés. Ya no veo el fútbol como una decepción.

Es importante para todos vivir esta experiencia y de pronto, para ellos, que son tan chicos, es lo más normal. Yo les digo que es algo inédito y espero que en el futuro sea normal. Espero que en el futuro crezcan con otra mentalidad y no con esa mentalidad perdedora.

En esta ocasión, yo estaba esperando que ocurra el milagro. Siento que el fútbol es más que un deporte. Integra tanta energía, tantas personas, que es un fenómeno que me gusta presenciar.

Hace poco hice un diseño de un símbolo sobre ‘El Guerrero’. Lo he colgado en mis redes hace una semana. Me gustan las imágenes simbólicas. Por ejemplo, en el tarot, no existe la imagen del guerrero. Entonces, hice una imagen de un guerrero con los colores rojo y blanco para simbolizar esta lucha.

Luego de la derrota, puedo decir que se cumplió el objetivo. El optimismo y la euforia hicieron que nos ilusionemos.

Me siento satisfecho con esta selección. Han trabajado un montón y eso lo reconoce la mayoría del público. Me quedo tranquilo por la participación peruana.

DATOS

- Fito Espinosa (Lima, 1970) ha participado en 12 exposiciones individuales. Paralelamente se ha visto su obra en exposiciones colectivas dentro y fuera del Perú, en países como Venezuela, Alemania, Italia y Estados Unidos.

- Es autor de los libros ilustrados El mundo invisible y Luz artificial.

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