La danza es su vida, es su manera de comunicarse, es a lo que se dedica desde hace más de cuatro décadas. María Paz Valle Riestra Ortiz de Zevallos, más conocida como , ya no baila debido a una grave lesión en la rodilla, pero sigue involucrada en la danza. Ahora es catedrática en la Pontificia Universidad Católica del Perú, investigadora y directora de danza.

“Ha sido muy duro dejar de bailar, y muy duro vivir con la lesión, porque me limita también en otros aspectos. Creo que hasta el momento es una de las cosas más duras que me ha tocado vivir”, reflexiona Pachi, quien practica este arte desde los ocho años.

Aunque su vida ahora es más dolorosa, no piensa ni por un momento alejarse del movimiento. “Muchas de las penas y de las angustias las liberaba bailando. Ahora es una vida en la que tengo que crear mecanismos para encontrar motivación. Hoy la felicidad es un acto de decisión y de disciplina”, añade con fuerza para no quebrarse.

Pachi estudió Danza en la Universidad Estatal de Nueva York, donde la formaron para pertenecer a una compañía europea de baile, pero regresó al Perú y no se fue más. “Para nada me arrepiento. Vine transitoriamente a Lima, me fue bien, y me fui quedando. Todo lo que me ha pasado en Perú me parece maravilloso. He tenido grandes oportunidades acá en mi patria”, reconoce.

Sin embargo, admite que ser bailarina en nuestro país significa tener “mucha vehemencia, pasión, tenacidad y creatividad para generar dinero”. Y es que este arte no está exento de machismo. “He sentido que se ha disminuido mi calidad artística por la idea de que la bailarina es solo impulso y no intelecto; que es la musa del creador, es decir, del director”, dice.

Asimismo, confiesa que nunca quiso ser madre, y que felizmente nunca sintió discriminación de la sociedad por no serlo. “Aunque sí siento que hay más respeto por la mujer que tiene hijos, porque se cree que es más buena, pero ser madre no te hace un ser más bondadoso”, asegura.

Hoy la jueza de El gran show se siente más cerca de la gente gracias al reality de baile, del que ha recibido cariño, pero también odio “porque a alguien le puse 6 puntos, porque me apellido Valle Riestra, porque soy bisexual, porque soy mujer o por lo que sea”, dice entre risas.

Lo cierto es que Pachi no toma su alejamiento del baile como una lección de vida, sino como la oportunidad de poner en práctica su resiliencia, pues la vida continúa y aún tiene mucho para dar.

Dato

Pachi Valle Riestra participará en el encuentro 'Andanzas' 2017, del 25 al 30 de setiembre, en el ICPNA Miraflores.