Luz Alvarado sonríe, con esa sonrisa grande y sincera que tienen los que acarician la felicidad. En cada taza de que sirve, la mujer de la montaña siente que un pedacito de sueño se le va cumpliendo. Nació en Huaranguillo, San José de Lourdes, San Ignacio de . Seguro que no conoces, me dijo cierta mañana. Y era verdad, pero prometí pisar su pueblo, su tierra, esa que está presente en cada uno de sus días de aroma inconfundible.

El café en la vida de Luz es un trabajo y un mundo de oportunidades. En Surco, en una galería pequeña de Salguero, está , un emprendimiento de dos años que crece gracias a las ideas luminosas de Luz. La redundancia es necesaria. Pura luz, Luz.

No es una simple cafetería. Detrás hay un trabajo que no pocos harían. Luz hace el viaje hasta su montaña como un ritual. Pide quintales de café, lo compra en pergamino, lo lleva a Jaén ciudad, lo apila de a pocos, y luego su familia se lo manda a Lima. El cuidado es extremo. Porque el café del bueno es delicado, sensible. Esta rutina la hace con amor y esfuerzo.

Se ha topado con caficultores que a veces piensan que por ser mujer no sabe. Ella les demostró que sabe y mucho, y se prepara cada día para conocer más del mundo del café: “Cuando a los caficultores les demuestras que sabes, ellos te respetan. Y me he ganado el respeto”.

Tras estudiar barismo en Le Cordon Bleu, ha seguido aprendiendo. Hace poco llevó un curso de control y taceo en la . “Me sirvió porque era control de calidad. Quería aprender para comprar mejor, para que nadie me engañe”, cuenta.

A sus 39 años, con un hijo de 20 que estudia Negocios Internacionales y que la apoya en el café, Luz cree que los baristas en el Perú tienen una gran responsabilidad.

“Tenemos que enseñar a la gente a consumir café bueno. Muchos piensan que el mejor café está en otra parte del mundo. Se dejan llevar por un nombre, una marca, una presentación y un lugar. Se prefiere a veces comodidad y no calidad. Es momento de difundir que el café peruano es de los mejores”.

Es casi mediodía. Luz está en plena prueba de métodos y sabores. El café es vida, y ella está viviendo intensamente.

Dato:
Este es el e de la cafetería.