Disciplinada y luchadora. Dos grandes cualidades que han llevado a la deportista peruana Julissa Diez Canseco, de 28 años de edad, a ubicarse entre las 20 mejores taekwondistas del mundo.

Nació en el seno de una familia humilde y numerosa, y aprendió desde pequeña que el trabajo, la dedicación y la constancia dan frutos. No tenía mucho dinero, pero le sobraban los sueños de un futuro exitoso.

“Creo que hemos pasado bastantes necesidades (económicas), pero mis padres supieron sacarnos adelante. Siempre lucharon para que podamos tener una buena educación. Mis hermanos mayores han pasado por momentos muy difíciles, pero nunca nos hemos rendido”, cuenta la última de 11 hermanos con sonrisa de triunfadora.

Practicó desde los seis años fútbol, vóley, gimnasia, básquet y atletismo, pero fue el taekwondo el deporte que la conquistó.

“Me han dicho alguna vez cómo hago taekwondo si es un deporte muy rudo, para hombres fuertes. Pero están equivocados. No solamente requieres de fuerza o rudeza para demostrar que eres bueno”.

Ella no necesita argumentos para defender su presencia en esta disciplina, sus logros hablan por sí solos: ganó una medalla de plata en los Juegos Panamericanos 2011 y dos medallas de oro en los Juegos Bolivarianos (2009 y 2013). Además, quedó en séptimo lugar en los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016.

Este arte marcial la llevó a recorrer el mundo, y ya conoce diversos países de Europa, Asia y gran parte de América. También le permitió estudiar la carrera de Biología en Mayorca (España), y pronto empezará a estudiar una maestría en Estados Unidos.

“He crecido como persona. El deporte me ayudó a ser independiente, a ver que puedo lograr las cosas si planifico. Es superimportante (que una mujer practique un deporte) porque te ayuda a formar tu carácter y salir adelante”, nos cuenta entusiasmada.

Julissa aún no planea casarse o tener hijos, está enfocada en seguir creciendo como deportista y profesional. “Ahora mi centro es el taekwondo. Apunto a los Juegos Olímpicos Tokio 2020. En el futuro me gustaría ser parte del equipo nacional, transmitir mi experiencia y ser parte del éxito del taekwondo peruano”.

La joven deportista posee una gran flexibilidad, fuerza y agilidad, que ha conseguido con mucho entrenamiento. Según su experiencia, para ser un buen taekwondista solo se necesitan “ganas porque el resto se obtiene con el tiempo”.

“Luchen por sus sueños, quizá el camino sea difícil, pero nada es imposible”, aconseja Julissa.