“No tengan miedo, atrévanse a hacer las cosas. Y háganlo a su estilo, recuerden que son únicas”. (Perú21)
“No tengan miedo, atrévanse a hacer las cosas. Y háganlo a su estilo, recuerden que son únicas”. (Perú21)

Vestida de blanco y con una gran sonrisa en el rostro nos recibió en su oficina la empresaria para enseñarnos que nada puede detener a una mujer hacia el éxito, menos si cree en ella misma y tiene sus prioridades claras.

Erika, chalaca de nacimiento y charapa de corazón (por su padre nacido en Iquitos), es una mujer empoderada y de alma rebelde. Su espíritu aventurero la llevó a enrolarse en la Marina de Guerra del Perú para hacer servicio militar y a trabajar en un crucero por ocho meses para conocer el mundo.

“Vengo de una familia de mujeres. Soy la mayor de tres hermanas y tuve una infancia feliz. Nuestros padres nos formaron con la convicción de que podíamos hacer todas las cosas como quisiéramos y soñáramos. ‘Ni el cielo es el límite’, nos decían”, recordó.

Estudió filosofía y luego Comercio Exterior, y llegó a trabajar en una compañía transnacional suiza. Sin embargo, tras ocho años dedicados a la empresa, la despidieron.

“Sentí un vacío y que me quedé sin piso, pero dije: ‘Tengo fuerza para hacer otras cosas’. Y a los 40 años emprendí mi propia empresa: Argos Consulting Group (dedicada a la consultoría, auditoría, outsourcing y capacitación en Sistemas de Gestión). La edad no es una barrera para poder emprender”, reconoció Cavero.

Ser profesional y madre de dos hijos fue difícil, pero logró compartir las responsabilidades familiares con su esposo, Franco Gamboni, quien desde hace cinco años forma parte de su empresa.

“Sí fue muy difícil (ser madre y profesional), pero tuve el apoyo de mi madre y de mi esposo. Nunca sentí eso de que las mujeres solo cuidan a los niños y los hombres trabajan. Siempre compartimos las actividades (de casa)”, explicó.

En 2015 asumió la presidencia de la Asociación de Mujeres Empresarias del Perú (representante de la red mundial de empresarias FCEM), que tiene como objetivo el desarrollo empresarial, networking y capacitación de las mujeres empresarias.

A sus 50 años, Erika también es vicepresidenta del Comité de Consultoría de la Cámara de Comercio de Lima y del Instituto Latinoamericano de la Calidad (INLAC).

La empresaria nos deja una gran lección sobre la importancia de que las mujeres se asocien con otras con más experiencia. “Cuando una mujer aprende de otra, el camino se le hace más fácil”, indica la líder de 120 mujeres asociadas a la AMEP.

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