“En una taza de café bebes parte de una cultura, sientes el sabor de una región y te alimentas de conocimientos”, explica Lourdes Córdova Moya, catadora profesional, maestra y jefa de control de calidad del laboratorio de la Cámara Peruana del Café y Cacao. De niña, a Lourdes le gustaban las matemáticas, tanto que en su tiempo libre desarrollaba los ejercicios del conocido libro Álgebra de Baldor mientras vendía productos en la bodega que tenían sus padre en Tarma, Junín, tierra que la vio nacer.

“Con mi familia vivimos de forma muy sencilla. Fui bastante estudiosa, responsable, tenía muchas metas y muchos sueños”, nos cuenta.

La ciudad de las flores, popular por su rica variedad de productos agrícolas, la motivó a estudiar Industrias Alimentarias en la Universidad Nacional Agraria de La Molina. Terminó la carrera y trabajó en Ica –en la exportación de tomates a Italia– y en otros puntos del mundo hasta que el café llegó a su vida para no irse más.

Sus 18 años dedicados a ser catadora profesional de café, sus especializaciones internacionales en Alemania, Inglaterra, Colombia, etc., su destacado desempeño como jefa de control de calidad, jueza de competencias de café, capacitadora y ponente, le han demostrado que no pudo elegir mejor carrera.

“Para mí, el café significa mucho. El café es el principal producto de la agroexportación. Es el soporte económico de más de 230 mil familias cafetaleras en el país. Es un producto colonizador de toda la selva. Desde Piura hasta Puno tenemos café”, señala Lourdes emocionada.

Hoy el mundo del barismo y la catación de café en el Perú se ha visto colmado de mujeres que con un fino paladar logran desarrollar esta carrera a cabalidad, tal como revela Lourdes.

“Cada vez hay más mujeres involucradas en el barismo y la catación. Pienso que la mujer tiene un talento especial. En el tema de la cata de café, las mujeres somos bastante precisas y minuciosas. Somos parte importante en toda la cadena del proceso del café”, reflexiona.

Lourdes, madre de una bella joven de 18 años llamada Camila, recomienda inculcar a los niños tomar un buen café pasado porque esta bebida logra aumentar “el rendimiento escolar, la inteligencia y la memoria”, tal como ella lo descubrió con su hija. Asimismo, nos recuerda que el café peruano refleja lo que es un país, una mezcla de sabores (así como nuestra mezcla de razas).