Redacción PERÚ21

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no recuerda qué edad tenía cuando se enamoró de la pintura. Lo que sí tiene claro es una imagen suya, de pequeña, corriendo en casa con pinceles y colores en mano. Para esta limeña de ojos pardos, el arte siempre ha sido su manera más sincera de mostrarse al mundo. Sus sentimientos se ven descubiertos –confiesa– cada vez que se para frente a un lienzo.

Quizás fue ese interés lo que la llevó a estudiar, también, Diseño de Modas. Por estos días viene combinando ambas pasiones en una empresa textil, aunque la falta de tiempo y sus ganas de explorar la han llevado a cambiar de técnica.

“Mis formatos personales los trabajaba en óleo, eran más grandes, con temas fuertes y bizarros. Por ahora hago retratos a partir de fotos y es como ser artesana. Pinto algo que ya existe, pero igual estoy haciendo lo que me gusta”, dice Mar, con una voz tan dulce que parece que está susurrando.

El deporte y la música son las otras actividades que la atraen. “El modelaje también”, exclama, para luego contar que se siente libre cada vez que el flash de una cámara se refleja en su rostro. Y así pasa sus días Mar, desbordada por el inmenso amor que tiene por el arte.

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