Redacción PERÚ21

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Vivía el día a día, experimentó un vacío. A su vida de adolescente le faltaba algo. Ese camino de búsqueda la llevó al yoga y a practicar ejercicios de la mano de terapias de bienestar de lo cual se enamoró.

A los 26 años, esta espigada mujer ha aprendido a quererse y asegura que vive un inmejorable momento. Cuenta que se lo debe a los cuatro pilares que la sostienen: su trabajo, el deporte, su desarrollo personal y, en especial, su hija. “Soy una persona feliz y agradecida. Procuro ser mejor cada día y me gusta honrar la vida del otro”, indica Wendy mientras juega con Helena, de cuatro años, quien es hoy su mejor amiga, motor y cómplice. “Es el soporte que necesitaba”, dice.

A sus 19 años, conoció las sesiones de Reiki, una terapia alternativa que le permitió encontrarse con su lado espiritual. Si bien más adelante ingresaría a un reality de TV, acepta que aquella etapa solo fue una pausa en el camino que ya se había trazado. Pronto iniciaría cursos de yoga y de coaching en programación neurolingüística. Así, ahora se define como una mujer que busca el bienestar personal y del entorno.

El año pasado comenzó por ello su propio negocio: una empresa que brinda servicios de bienestar a nivel corporativo. En tiempos de tanto estrés, ella ayuda a mantener el equilibrio.

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