Colegios, casas de cuatro pisos, huertos y criaderos informales de animales. Esto es lo que ha encontrado la Contraloría General de la República en siete zonas arqueológicas intangibles de la capital, las que han sido parcialmente ocupadas por invasores desde hace años y a las que se les han causado daños irreversibles.
La situación más crítica se vive en el complejo Armatambo, que se encuentra en el Morro Solar, en Chorrillos. Más de 12 asentamientos humanos han invadido parcelas declaradas en emergencia, donde podría haber restos arqueológicos. Los usurpadores permanecen en el lugar, pese a que el Ministerio de Cultura tenía que adoptar acciones para desalojarlos.
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Pese a estas irregularidades, en dicho sector hay viviendas que cuentan con los servicios básicos, ya sea de manera formal o mediante conexiones clandestinas.
Una situación similar se pudo encontrar en el cerro La Regla, en el Callao. La expansión del cementerio Santa Rosa afectaría el patrimonio arqueológico. Asimismo, se habrían destruido importantes vestigios para construir cisternas y reservorios, además de colocar tuberías.
En tanto, en La Era de Ñaña, en Chosica, se han hallado asociaciones de viviendas, instituciones educativas y otras agrupaciones civiles. Finalmente, en la zona arqueológica El Naranjal se encontraron casas de cuatro pisos.
DATOSLas zonas inspeccionadas fueron Armatambo (Chorrillos), La Era de Ñaña (Chosica), cerro La Regla (Callao) y Monterrey (Ate).
También están El Naranjal (Los Olivos), Huaca Palao (San Martín de Porres) y Río Seco (Cieneguilla).