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Redacción PERÚ21

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Aunque el ingreso de celulares y chips a los penales del país es sancionado con más años de cárcel, en el establecimiento penitenciario de Picsi, en Chiclayo, esto no parece importarles a los procesados. En dicho reclusorio, los internos no solo usan los equipos ilegalmente, sino que también los venden dentro de la misma cárcel.

Ello se pudo comprobar ayer durante la cuenta oficial de población penitenciaria en ese establecimiento. El reo Alexander Vinces Mori (21), que purga condena por robo agravado, tenía un celular camuflado entre sus testículos. Al ser presentado a la prensa, el interno reveló que el aparato telefónico se lo había comprado a otro preso.

El subdirector del penal de Picsi, José Luis Palomino, dijo que, tras la detención, se detectó que los presos venden equipos telefónicos desde 80 soles, según el modelo y la marca. Refirió que la mayoría usa los teléfonos para extorsionar a sus víctimas.

"Son los familiares de los internos, y en su mayoría las mujeres, quienes ingresan los celulares al penal entre sus partes íntimas", explicó.

Palomino indicó que, en 2011, el 50% de la población penitenciaria tenía un celular, pero ahora, con la puesta en vigencia de la Ley 29867, solo un 10 por ciento de los reos cuenta con ese aparato.

Vinces es el segundo preso al que se le ampliará la sentencia por tener un celular.

TENGA EN CUENTA

- En el pabellón de mujeres de Picsi también se sorprendió a una interna con un celular. Esta podría recibir una ampliación de su pena de hasta 15 años.