Se hacían llamar Los Chamos de la Hacienda San Juan de Lurigancho y, según las investigaciones policiales, esta mafia trabajaba para la temida organización criminal venezolana el Tren de Aragua. La Policía Nacional logró desarticular a esta banda, dedicada a la trata de personas con fines de explotación sexual.
La intervención se realizó en dos cruces formados por la avenida Los Jardines Este con calle Zafiros y por el jirón La Gravas y la calle Las Orquídeas, en San Juan de Lurigancho. En esos puntos se habían instalado ‘plazas’; es decir, zonas tomadas por el hampa para realizar actividades ilícitas; en este caso, la prostitución ilegal.
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En esos sectores se detuvo a los venezolanos Alexander Chaparro Medina (28), Jesús Gonzales (21), Jean Carlo Delgado (20) y Luicnelly Moreno (30). Esta última, de acuerdo con las autoridades, sería la encargada de hacer cobros a sus víctimas y entregar el dinero a los líderes del Tren de Aragua, tal como lo hacía, en su momento, Wanda del Valle Bermúdez Viera, la ‘Bebecita del Crimen’ o ‘Wanda’.
En tanto, los otros tres sujetos trasladaban, custodiaban y amenazaban de muertes a las mujeres, que mantenían cautivas, si no pagaban su cuota diaria.
Producto de esta acción, se logró rescatar a seis venezolanas, las que eran forzadas a ofrecer sus servicios sexuales. A ellas se les decomisó tres teléfonos celulares, que servirán como evidencia para la investigación que realizará la unidad especializada de la PNP, en coordinación con el Ministerio Público. Del mismo modo, se determinará su condición migratoria.
Del testimonio mismo de las víctimas se ha podido establecer que estas son traídas con engaños a Perú. Ya, en nuestro país, eran forzadas a pagar una deuda de diez mil soles, correspondientes a obligaciones supuestamente contraídas por el traslado, alimentación y la estadía, entre otros conceptos.
Las mujeres eran retenidas en casas, bajo el resguardo de uno de los miembros de la organización, que siempre cargaba un arma de fuego. Las que incumplían, eran sometidas a tortura o salvajemente golpeadas. También eran amenazadas de muerte.