Las marañas de cables eléctricos y de telecomunicaciones que cuelgan de postes, ventanas y techos en Lima no son solo la fotografía de una ciudad invadida por la informalidad. Estas conexiones son también el reflejo de una alarmante realidad: en cualquier momento y en cualquier lugar se pueden producir descargas eléctricas con trágicas consecuencias.

Así lo ha advertido el Colegio de Ingenieros del Perú, que precisó que estas instalaciones antitécnicas aumentan la probabilidad de que ocurran incendios debido a cortocircuitos. Indicó que más de 73 mil habitantes están en alto riesgo por esta situación en la capital.

Luis Arellán Yanac, del Colegio de Ingenieros del Perú, manifestó que uno de los problemas es que los operadores del servicio de telecomunicaciones no cumplen con las normas técnicas de instalación.

“Ya han ocurrido accidentes por electrocución de contacto indirecto. El cable de electricidad produce una descarga si está muy cerca al de telefonía. Lo recomendable es que estén alejados entre 1.80 metros”, afirmó el especialista a Perú21.

También hay peligro en casos de incendios o sismos. “Hay un gran número de cables que son de caucho y estos son inflamables. Si hay temblores, es posible que haya caídas de postes o roturas de conectores. Los cables van a estar expuestos y eso significa corriente viva”, alertó.

Perú21 recorrió diferentes distritos de Lima, donde nos encontramos con verdaderas trampas mortales. No obstante, los puntos más críticos son, sin lugar a dudas, Mesa Redonda y el Mercado Central, en el Centro de Lima, y el emporio de Gamarra, en La Victoria.

En el primero de los lugares citados, hay cables que se sostienen hasta de las ventanas de los negocios. Esto se puede observar, por ejemplo, en la cuadra 6 del jirón Puno, en la cuadra 9 del jirón Andahuaylas y en la cuadra 6 del jirón Cusco.

Por otro lado, en el Mercado Central, hay gran cantidad de cables clandestinos. Algunos han sido amarrados en las paredes y hasta en los equipos de aire acondicionado. Esto ocurre en la cuadra 7 del Jr. Huallaga, en la cuadra 9 del Jr. Paruro y en la cuadra 8 del Jr. Santa Rosa (antes Miró Quesada). En La Victoria, la situación también es caótica. Hay latente riesgo, por ejemplo, en la cuadra 8 del Jr. Antonio Bazo y la cuadra 9 del Jr. Gamarra.

Pero esto también se repite en otros distritos. Para que tenga una idea, nos encontramos con marañas de cables en el Rímac (cuadra 1 del Jr. Tumbes), Breña (cuadra 8 del Jr. Napo), Independencia (cuadra 6 de la Av. Los Ficus) y hasta en Miraflores (en el cruce de las calles Dos de Mayo y Atahualpa).

NADIE FISCALIZA

A pesar del riesgo que existe por la informalidad en la instalación de cables, ninguna autoridad asume la tarea de supervisar, detectar y retirar estas conexiones.

El Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin) respondió a este diario que la mayoría de cables son de telecomunicaciones y no de luz eléctrica, por lo que dicha supervisión escapa de sus facultades.

Por su parte, Movistar indicó que el retiro de los cables ocurre solo “en casos muy urgentes” y esto se hace con los municipios, con quienes coordinan al respecto.

Aseguró, además, que la saturación visual que se observa en los postes está ligada a las instalaciones ilegales hechas por terceros. “Manipulan nuestra red de forma clandestina y ponen en riesgo a nuestros clientes”, refirió a Perú21.

Si bien este tema compete a todos los municipios en general, consultamos al respecto a la comuna metropolitana, que responsabilizó al Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel).

Luis Bogdanovich, gerente del programa municipal Prolima, aseguró que ellos tienen un compromiso con Osiptel para retirar el cableado. “Nos correspondía hacer un cronograma y señalarles las zonas que están llenas de cables y esto ya se hizo. A ellos les tocaba hacer el retiro, pero no lo han hecho. Por otro lado, hemos hablado con los operadores, pero nos dicen que no pueden dejar sin el servicio a los usuarios”, dijo.

En respuesta, Osiptel explicó que a ellos solo les corresponde velar por el adecuado servicio que se les da a los usuarios. “El retiro de cables lo deben hacer los municipios. En el caso del Centro Histórico de Lima, se le envió oficios a la Municipalidad de Lima para que ellos coordinen con los operadores”, señaló.

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