Las columnas de humo se divisaban a varios kilómetros a la redonda. (USI)
Las columnas de humo se divisaban a varios kilómetros a la redonda. (USI)

Jueves 22 de julio, 12:20 p.m. Todo empezó con un amago de incendio que se tornó incontrolable en el segundo piso de la , ubicada en el corazón de la zona comercial . Minutos después, el terror se apoderó de los comerciantes y vecinos de la zona, pues las lenguas de fuego destruían todo lo que encontraban a su paso. Fueron más de 500 puestos arrasados por las llamas, así como varios contenedores. Dentro de uno de estos, la Policía encontró carbonizados a Jovi Herrera Alania (21) y Jorge Huamán Villalobos (19), quienes trabajaban cambiando las etiquetas de cientos de fluorescentes al día.

Los primeros bomberos que llegaron a la emergencia rescataron –con sogas y escaleras– a cuatro personas que estaban atrapadas en el tercer nivel del edificio. También lograron evacuar a decenas de pacientes del policlínico Castilla, que funciona frente del local del siniestro.

Más de 500 bomberos de diversas compañías de Lima llegaron al lugar para sofocar las llamas. Además, fue necesario el despliegue de 78 vehículos, entre autobombas y ambulancias. Pese al gran trabajo de los hombres de rojo, el fuego se tornó incontrolable.

A las 4:00 p.m. de ese fatal día, tres bomberos que estaban muy cerca de las lenguas de fuego fueron rescatados con signos de asfixia. “Es un infierno, nos dijeron que había personas atrapadas en el quinto nivel, por eso decidimos entrar”, alcanzó a declarar en ese momento uno de ellos.

Y es que en medio de las llamas se vio a una persona que sacaba los brazos en señal de auxilio. Se vivieron momentos de desesperación debido a que los comerciantes hablaban de varios desaparecidos.

Con el transcurrir de las horas, se supo que Jovi Herrera Alania y Jorge Luis Huamán Villalobos habían muerto carbonizados. Ellos trabajaban encerrados dentro de un contenedor.

Al día siguiente (23 de junio) el fuego seguía al rojo vivo y cientos de bomberos realizaban una ardua labor para sofocarlo. La mayoría de ellos ya tenía más de 19 horas trabajando sin pestañear.

Hasta el lugar llegaron los familiares de los dos jóvenes. César Herrera, tío de Jovi Herrera, contó que se comunicó telefónicamente con su sobrino en pleno incendio. “Cuiden a mi hija y que mi mamá no lloré”, fue lo último que dijo.

Denunciaron que a los muchachos les pagaban S/20 por trabajar más de 12 horas encerrados dentro de contenedores.

Sus empleadores llegaban al extremo de no dejarlos salir ni siquiera a los servicios higiénicos ante el temor de que les roben los productos.

Dos días después, Fernando Campos, comandante de los bomberos, informó que el incendio había sido controlado, pero que aún había mucho trabajo por hacer debido a la gran cantidad de productos inflamables. El fuego fue extinguido completamente recién al tercer día.

Sacó un fluorescente y pidió auxilio, pero no pudo ser rescatado. (USI)
Sacó un fluorescente y pidió auxilio, pero no pudo ser rescatado. (USI)

RESCATE DE CADÁVERES

El miércoles 28 de junio a las 9:45 p.m., diez bomberos, ocho agentes de Criminalística, tres fiscales y médicos legistas ingresaron al centro comercial. Ellos encontraron los restos carbonizados de Jovi Herrera y Jorge Huamán bajo una capa de tubos de fluorescentes. Estaban dentro de un contenedor que conformaba el sexto piso del inmueble.

Veintiún días después del siniestro –el 13 de julio pasado– el Poder Judicial ordenó nueve meses de prisión preventiva para Jonny Coico Sirlopu, conocido como ‘Gringo’, y para su esposa Vilma Zeña Santamaría por el presunto delito de explotación laboral con subsecuente muerte.

‘Gringo’ fue recluido en el penal Miguel Castro Castro, en San Juan de Lurigancho, mientras que su esposa aún cumple arresto domiciliario debido a que en ese momento se encontraba en estado de gestación.

De acuerdo con las investigaciones policiales, la pareja obligaba a trabajar como esclavos a ambos jóvenes. Se supo que también otros adolescentes cumplían esa misma labor en Las Malvinas.

Es más, la Policía inició las pesquisas ante la denuncia de que esta terrible práctica de esclavitud también se ejercía en otros locales.

DATOS

- 500 bomberos de diversas compañías de Lima y Callao acudieron esa tarde a sofocar el voraz incendio en la galería Nicolini. Les tomó tres días extinguir el fuego.

- Seis días después del siniestro se encontraron los restos carbonizados de dos jóvenes que trabajaban encerrados, bajo candado, dentro de un contenedor. Este caso trajo a la luz un tipo de esclavitud en pleno siglo XXI.