Un auto deportivo valorizado en unos US$75 mil, una piscina y hasta una cancha de fútbol son algunos de los lujos que la Policía encontró –la madrugada del 6 de abril– en la casa del alcalde de Chilca, Richard Ramos Ávalos.
Ese día fue detenido por, presuntamente, integrar una organización criminal que se dedicaba al tráfico de terrenos, extorsión y sicariato. En su casa también se incautaron S/240,000 y US$30,000.
Los vecinos de Chilca dicen que votaron en 2014 por Richard Ramos porque “era un hombre honesto, que empezó desde abajo”. Les prometió que iba a combatir el tráfico de terrenos. Sin embargo, hizo todo lo contrario.
La Policía lo siguió durante más de un año porque tenía indicios de que el burgomaestre integraba una organización criminal.
Según información policial y fiscal, el presunto cabecilla de esta banda –denominada Los Rucos– era Jorge Anable Palacios, también detenido. Se informó que el alcalde era el segundo al mando. El 19 de abril, el Poder Judicial dictó 36 meses de prisión preventiva para el burgomaestre. Al día siguiente, fue llevado al penal Piedras Gordas, en Ancón.