Circulan sin ningún respeto a las normas de tránsito, no les importan los límites de velocidad, se pasan la luz roja de los semáforos, se suben a las veredas, van contra el ; todo esto arriesgando la vida de sus pasajeros. Así operan los motociclistas que realizan el servicio de de manera ilegal, ahora, en diferentes puntos de la capital.

Este es un servicio informal que viene creciendo en Lima sin que las autoridades le pongan un alto. Tal como ocurre con los taxis colectivos informales, los también han logrado organizarse. No solo recogen a sus usuarios en paraderos ya establecidos por ellos mismos, sino que, además, hasta cuentan con sus propios jaladores.

Según especialistas, este servicio representa un gran peligro para los usuarios. Sostienen que muchos de estos vehículos no tienen SOAT; por ende, de ocurrir un accidente nadie se haría responsable por los daños ocasionados.

Aumenta servicio de taxi informal en moto

Perú21 hizo un recorrido y comprobó que, por ejemplo, al frente de la estación Los Cabitos de la , en el cruce de la Av. Aviación y la calle Alicante, se agrupan decenas de motociclistas para recoger pasajeros.

Para evitar la fiscalización de la Policía y de los municipios, los motociclistas llegan a dicho punto y se estacionan en grupos de cuatro o cinco. Los jaladores, que cuentan con radiotransmisores, son los encargados de coordinar la llegada y salida de las unidades (vea en Perú21.TV cómo operan).

Al respecto, Luis Quispe Candia, presidente de la ONG Luz Ámbar, advirtió que este servicio también se ofrece en principales avenidas como Abancay y Garcilaso de la Vega. “Hay que erradicar este servicio. El SOAT para estos vehículos es más caro porque representan una mayor peligrosidad”, sostuvo.

En nuestro recorrido comprobamos que los ofrecen su servicio desde las 7:00 a.m. Van a San Isidro, Miraflores, Surquillo y Surco, y el pasaje varía entre S/6 y S/18, dependiendo de la ruta.

Alfonso Flórez, gerente general de la Fundación Transitemos, señaló a este diario que es fundamental que las autoridades competentes erradiquen este servicio, antes de que se convierta en una alternativa masiva de .

“La Policía tiene la obligación de intervenirlos y decomisar el vehículo.
Tenemos que pasar a la macrotransportación, no a la microtransportación, para que el tránsito mejore. Necesitamos unidades grandes que transporten a mayor cantidad de personas”, sostuvo.

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