La Policía Nacional intensifica la búsqueda del joven Roy Henry Caldas Matías (20) y su enamorada de 16, sindicados como principales sospechosos del asesinato de la dueña de una tienda en San Juan de Miraflores. El pasado 3 de abril, Olga Salvá Cabrera fue asesinada de 30 cuchilladas en el tórax, espalda y abdomen en su bodega.
De acuerdo a Cuarto Poder, agentes Departamento de Investigación Criminal (Depincri) de San Juan de Miraflores, siguieron el rastro de Caldas Matías y encontraron fotografías en las que posa con un arma y una botella de whisky. Para las autoridades, que este joven continúe en libertad significa un peligro.
De confirmarse que él cometió el robo seguido de muerte sería sentenciado a cadena perpetua, indicó el referido dominical.
En tanto, por ser menor de edad, la Fiscalía pidió que la joven de 16 años sea recluida en un centro juvenil de diagnóstico de rehabilitación, pero la solicitud fue desestimada por un Juzgado de Familia.
Hasta la fecha el paradero de la joven pareja es desconocido. Tampoco han acudido a las citaciones de quienes investigan el caso. Por ello, la Depincri de SJM apunta a la ubicación de Roy Caldas Matías, y para ello requiere apoyo especializado para ubicarlos al interior del país.
Investigación
Según pesquisas de la Depincri de San Juan de Miraflores, ambos jóvenes estarían involucrados en este crimen de la mujer de 40 años, pues testimonios recogidos la joven de 16 años se habría ganado la confianza de la víctima.
Según la PNP, Olga Salvá Cabrera fue atacada con dos cuchillos. La bodega, ubicada en un local alquilado, tenía apenas un mes de inaugurada.
En las imágenes mostradas por Cuarto Poder se aprecia la llegada de Roy Caldas Matías al local portando una mochila. Según testigos, al interior ya se encontraba su enamorada junto a la víctima. Luego de casi una hora, ambos salen corriendo del lugar.
Minutos después, los dos jóvenes son captados en calles aledañas portando dos mochilas. Para la Policía, la joven pareja se habría apoderado abarrotes, joyas, perfumes, dinero, el celular de la víctima, la llave de la bodega y el cuchillo con la que perpetraron el presunto ataque.
“Mi hermana tal vez no hubiera muerto. No tuvieron por qué encerrarla. Nadie la pudo auxiliarla porque mi hermana estaba encerrada. Estaba bajo llave”, dijo Luz Salvá, hermana de la dueña de la tienda asesinada.
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