Cientos de residuos estaban acumulados en esta parte del río Rímac. (Foto: MML)
Cientos de residuos estaban acumulados en esta parte del río Rímac. (Foto: MML)

El es considerado uno de los más contaminados en Sudamérica, debido a que por años ha sido afectado a causa de residuos industriales, relaves mineros y botaderos de desechos sólidos de personas aledañas a las riberas, indicó Francisco Dumler, expresidente del directorio de Sedapal.

En los niveles de ECA (Estándares de Calidad Ambiental) uno significa que puedes tomar el agua, un ECA 3 que no la puedes tomar, pero sirve para la agricultura, mientras que la contaminación del río Rímac es un ECA 10, uno de los más alto; es decir, es uno de los ríos más contaminados de Sudamérica”, comentó.

A detalle, Dumler explicó los tres componentes que alteran drásticamente la calidad del agua del río Rímac.

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“Una primera proviene de la parte industrial y eso está muy cerca del río Huaycoloro. Si bien hay empresas importantes también en ese universo conviven pequeñas empresas que tienen poco cuidado con el tratamiento de sus aguas residuales”, aseveró el exfuncionario de Sedapal, agregando que esas aguas desembocan en el Rímac a 1.5 kilómetros antes de la planta de tratamiento de aguas de La Atarjea.

La segunda fuente contaminante -afirmó- la generan los 14 distritos, que están por encima de La Atarjea (se ubica en El Agustino). “Más arriba está Chaclacayo, Chosica, Huarochirí y todas esas poblaciones vierten el agua en el río Rímac casi sin ningún tema de tratamiento de sus aguas residuales”, lamentó.

Precisó que hace 30 o 40 años en estos distritos había pocas viviendas y la contaminación era mínima, pero ahora han crecido. “En los 90 éramos 5 millones en Lima, ahora somos 11 millones. Ninguna ciudad de América Latina y Caribe ha crecido 100% en 30 años”.

El tercer componente deviene de los relaves mineros, que están muy pegados a la faja marginal del río Rímac y que, evidentemente, cualquier desprendimiento o alteración hace que se prendan las alertas, replicó.

Añadió que a ello se une un cuarto componente cuando hay fenómeno de El Niño, que es la turbidez del agua. “La Atarjea tiene más de 50 años y está diseñadas para soportar cierto nivel de turbidez, pero cuando sucede El Niño y se vienen los huaicos, a veces, es imposible tratar esa agua”, subrayó.

Fuentes de alternativas

Frente a ello, Dumler recomendó que la Autoridad Nacional del Agua (ANA), el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) y Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento deberían buscar alternativas de solución.

El experto planteó que una de ellas podría ser la desalinización del agua de mar.

Es una buena fórmula, porque tienes al mar como una fuente inagotable, pero hay que hacerlo con cuidado porque procesar agua de mar es más costoso”, refirió.

Explicó que el proyecto de Provisión de Servicios de Saneamiento para los Distritos del Sur (Provisur) es bastante interesantes porque abastece a los balnearios de Santa María, San Bartolo, Punta Negra y Punta Hermosa con la desalinización del agua del mar.

Hay que abrir otras fuentes de alternativas y no solo concentrar todos los recursos en uno solo, se le tiene que bajar el peso a La Atarjea. Debemos tener un portafolio más diversificado de fuentes de agua en el mediano y largo plazo”, apuntó.

Programa de inversión

Según Dumler, ANA cuenta con una nota conceptual que podría permitir desarrollar un Programa de Inversión para el Mejoramiento de la calidad del agua del río Rímac a fin de darle sostenibilidad al recurso hídrico, pero para su ejecución se debe tener en consideración un punto clave, como la institucionalidad.

En los últimos años, la institucionalidad ha cambiado tanto por la rotación, entonces, a pesar que este plan que es magnífico con los cambios de funcionarios se puede convertir todo lo avanzado en un cuello de botella”, dijo.

Mencionó que este programa de inversión implica un trabajo que es laborioso porque hay muchos intervinientes en la cuenca del Río Rímac, como ANA y Sedapal que son los principales, pero también se encuentra el Ministerio de la Producción, Ministerio de Salud, Dirección General de Capitanías y Guardacostas (Dicapi), Ministerio del Ambiente, Ministerio de Agricultura.

Con el programa, se ha avanzado muy poco, debido a la incapacidad institucional de mantener a alguien que le haga mantenimiento permanente, siendo esto una prioridad para el país”, acotó.

Asimismo, el especialista señaló que un programa de inversión pública implica desarrollar en mucho de los casos infraestructura en coordinación con diferentes sectores.

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