“La reforma de la justicia en el país empieza por fortalecer a la Policía Nacional”, dijo ayer el defensor del Pueblo, . Nada más cierto. Porque son los agentes los que reciben las denuncias de la gente, las investigan y –muchas veces– las solucionan. Pero, en ocasiones, los efectivos cambian de bando y se unen a la .

Esto fue lo que habría pasado con el alférez Denis Hernández Aguilar (28), el suboficial de primera William Livisi Pariona (32) y el suboficial de tercera Luis de la Cruz Iparraguirre (26), quienes laboraban en el Departamento de Emergencia Centro.

Estos presuntos malos elementos al paso –uniformados, en un patrullero, y con las armas que les da el Estado para protegernos– a los venezolanos Klever Sosa Montesinos (29) y Gustavo Quintana, en la cuadra 15 del jirón Áncash, en , a las 2:00 p.m. del lunes.

Los custodios les pidieron sus documentos a los extranjeros, quienes no los tenían. Luego los subieron a la unidad y les solicitaron sus celulares. Pidieron que dejen uno de los aparatos “si no querían tener problemas”. Finalmente, los abandonaron en el cruce de las avenidas Sebastián Lorente y Grau, cerca de la estación de la Línea 1 del Metro de Lima.

Sosa Montesinos puso la denuncia. Agentes de la acudieron al Departamento de Emergencia Centro, en la cuadra 7 de la avenida Bausate y Meza, en La Victoria, donde –la madrugada de ayer– detuvieron a los suboficiales Livisi y De la Cruz.

Casi en simultáneo, fue intervenido el alférez Hernández Aguilar, que estaba de servicio en el puesto fijo de la zona conocida como Puente Nuevo.