Es cierto que existen serios cuestionamientos al diseño de la vía denominada Pasamayito, que une Comas con San Juan de Lurigancho. Pero las cinco muertes registradas el domingo 9 de julio en la denominada Curva del Diablo fueron producto de la irresponsable conducta del chofer de una cúster informal —de placa A7A-797—, identificado como Richard Cama Peve (37), quien manejaba su unidad a gran velocidad, y terminó impactando la misma contra un bus formal, que estaba estacionado en la zona. Producto de este siniestro, otras 26 personas resultaron heridas, entre ellas ocho menores de edad.
El siniestro tuvo lugar cerca de las ocho de la mañana, en Comas. Unas 31 personas iban en la cúster, que chocó violentamente contra un bus de transporte público de placa F8A-936, que estaba estacionado a un lado de la vía. Trascendió que los pasajeros, miembros de la iglesia Valle Sagrado, se dirigían de Canta a Jicamarca, para participar en un bautizo.
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Los 31 viajeros fueron conducidos al hospital Sergio Bernales de Collique. Dos de ellos murieron antes de entrar al nosocomio y otros tres dentro del mismo. Entre los fallecidos se encuentra el pastor Eleuterio Tito Espinoza Contreras (64), su esposa Sabina María Torres Milla (53) y J.E.T. (14), hijo de ambos. Completan esta lamentable lista Guillermina Raymundo Tadeo y Silvia Guevara Durán.
Por su parte, la Municipalidad de Comas recordó que desde el 13 de julio de 2022, la Contraloría de la República ya habría notificado a la Municipalidad Metropolitana de Lima sobre varios problemas en la ejecución de la obra. Informes de control demuestran cuáles son las fallas técnicas que pudieron evitarse.
“Hasta la fecha han ocurrido 15 accidentes vehiculares en esta vía, sin ver reacción de la Autoridad Metropolitana ni de la empresa ejecutora de la obra”, afirmó la comuna distrital.