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Matanza en Pachacámac: víctimas brindaron con sus ejecutores y jefe narco estaría tras el crimen
El hecho de sangre ocurrió en una lujosa residencia en el fundo San Carlos Bajo y, según autoridades, la orden de llevar a cabo el hecho fue de un “peso pesado del narcotráfico”.
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Uno de los crímenes más espeluznantes del 2023 se ejecutó en Pachacámac, un caso de sangre que habría sido ocasionado por una disputa por una cantidad de droga que uno, o más de los asesinados aquella noche, habría querido apoderarse, pasando sobre un jefe narco, según detallaron fuentes policiales.
La escena encontrada por la policía el pasado 27 de mayo era más que escalofriante: cuatro cuerpos estaban regados en la sala con varios impactos de bala. El mensaje que quisieron dar los sicarios que ejecutaron a estas personas era claro e intimidante.
Las autoridades que investigan el hecho de sangre creen que las víctimas tuvieron que ver con un “cierre” de droga con un narcotraficante de peso, quien ordenó que los ejecuten a todos en una lujosa residencia del fundo San Carlos Bajo, en el centro poblado rural de Santa Anita.
Fuentes de la División de Homicidios de la PNP afirman que e los quería muerto a todos para que no quedaran testigos que en un futuro compliquen “el encargo”. Aunque es importante aclarar que esta información es preliminar. La hipótesis se sostiene por la única testigo del crimen: la empleada de la lujosa casa que se escondió en uno de los ambientes que se usaba como almacén.
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Los conocían
Un detalle que no pasaron por alto los efectivos policiales fue que los asesinos no llegaron a casa a acribillar a sus víctimas, como normalmente se da en casos de sicariato. Sino que se sentaron a tomar algunas copas con ellos para, posteriormente, asesinarlos.
“No hubo ninguna resistencia, porque los únicos que dispararon fueron los sicarios, unas 30 veces”, contó uno de los efectivos que investiga el suceso. “Al parecer algo no llegó a su lugar de origen y ocurrió este crimen”, indicó a un dominical el jefe de la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri.
Se pudo saber además que tanto los asesinos como sus víctimas convivían en la enorme mansión por dos semanas. Antes del horrendo crimen, los sicarios habrían comido parrilla y bebido whisky.
“Cuando no se cumplen las expectativas en las organizaciones vinculadas al tráfico de drogas, estos son los resultados”, señaló el coronel Revoredo.
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Pasado criminal
Lerry Jaén Valdera (37), quien era promotor de eventos y conciertos, Camilo Junior Torres Huayhuata (35), Luis Arrece Quispe (32) y James Palomino Vega (39), al igual que los extranjeros, se encontraban en la mansión en el centro poblado de Santa Anita.
Tres de ellos tenían prontuario: Palomino tiene cuatro denuncias por hurto agravado, Arrece 14 por agresión y otros, y Torres cinco por usurpación, tráfico ilícito de drogas y tenencia ilegal de armas.
Los asesinos se llevaron las memorias de las cámaras de vigilancia, así como la camioneta en la que se movilizaba Jaén Valdera, que sería la clave para dar con los sicarios.
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