Por nostalgia. Lupe Carbonell, la peruana que secuestró a una recién nacida en Chile, confesó a la Policía de ese país que cometió el delito por nostalgia y porque que "le dieron ganas de ser madre".
Según el diario chileno La Tercera, la mujer se mostró arrepentida y contó que meses antes le dijo a su hija que estaba embarazada, con la finalidad de obtener "en algún momento un menor de edad, que me lo regalaran o encontrarme uno".
Carbonell Cisneros, de 46 años, se disfrazó el pasado domingo de auxiliar de enfermería del hospital San Borja Arriarán, en Santiago de Chile, y se llevó a la bebé Constanza Gutiérrez de los brazos de su madre, con la excusa de que iba a tomarle la temperatura.
Una semana antes del robo, la propia hija de Carbonell había dado a luz en el mismo hospital, lo que le permitió conocer el establecimiento por dentro. Una vez hecha la denuncia en televisión, fueron los vecinos y la hija mayor de la peruana los que avisaron a la Policía.
Desde Chiclayo, los familiares de Lupe Carbonell se mostraron sorprendidos por la noticia y pidieron en RPP que se haga una investigación exhaustiva. Alegaron que Carbonell es "incapaz" de hacer algo así.
Según la Policía chilena, la mujer tendría problemas psicológicos que se acentuaron con el rompimiento con su novio. Ahora se enfrenta a una condena de hasta cinco años en cárcel.
La menor fue devuelta a sus padres en perfectas condiciones de salud.